Con las vacaciones de verano ya encima, los tripulantes de cabina de Ryanair han decidido paralizar sus vuelos si la aerolínea irlandesa no decide reconocer sus sindicatos. Se estima que este parón de actividad dure de uno a tres días y que sea secundado por 5.000 tripulantes de cabina (TCP), aproximadamente. Se calcula que afectaría, solo en España, a 115.000 pasajeros al día a razón de seis vuelos diarios con una media de 190 pasajeros para las casi 100 aeronaves de las que Ryanair dispone en nuestro país. Aunque el parón no se limitará únicamente a las fronteras españolas. Se prevé que alcance varios países. 

En defensa de su derecho de contar con sindicatos, Bélgica, Portugal y previsiblemente Alemania y Holanda también se unirán a los TCP españoles. Por otro lado, en Reino Unido, donde el personal de Ryanair alcanzó un acuerdo hace unas semanas en el que sus contratos sí sean conformes con la legislación británica, se sumaran a la protesta con acciones de apoyo.

La huelga será anunciada en Dublín, donde se encuentra la sede principal de la compañía, vencido el plazo del 30 de junio para alcanzar un acuerdo. Los tripulantes de Ryanair se han citado para anunciar medidas los días 3 y 4 de julio. La compañía aérea recalca que mantendrá los aspectos que no se ajustan a la legislación. Entre ellos, se encuentra el no reconocer el derecho a la acción sindical que implica que en las reuniones no se encuentren representantes de los empleados de la compañía que no sean sólo trabajadores directos de Ryanair.

El surgimiento de los sindicatos en Ryanair está siendo un proceso que se está viendo acelerado en este último año. Hace tan solo seis meses que la compañía irlandesa comunicó la aceptación por reconocer los sindicatos de sus pilotos, que todavía se mantienen a la esperar de conseguir derechos laborales mediante una negociación sindical. Fueron los TCP con la ayuda del Sindicato Independiente de Tripulantes de Cabina de Líneas Aéreas (Sitcpla) quienes encendieron la mecha de este conflicto. En el año 2009 Sitcpla ayudaba ya “a un pequeño número de empleados” a los que apoyó a título individual y los defendió por “aspectos disciplinarios de Ryanair”, según el portavoz del sindicato, Antonio Escobar.

Ya en 2017 se tomó la decisión de hacer una hoja de ruta de ocho puntos: constituir una sección sindical, lograr afiliación masiva, hacer asambleas, convocar elecciones para elegir a sus representantes, notificar la constitución de la sección a la Administracion, vía Dirección General de Empleo y también a Fomento. Y, sobre todo, notificar a Rynair la existencia de la nueva sección constituida legalmente y pedir su reconocimiento como tal, algo que sucedió el pasado 6 de octubre. Fue en este momento cuando se hizo pública una carta en la que se denunciaban “los seis incumplimientos más groseros en materia laboral y de seguridad social que Ryanair hacía en España”. Además, se entró en el plano jurídico y se contrataron dos despachos de abogados externos sólo para temas de Ryanair y el sindicato visitó las 13 bases que hay en España para canalizar las demandas de derechos por áreas temáticas y de manera grupal.

Aunque ya están hechos a la idea de que tienen que aplicar la legislación española, dice Escobar, la huelga sigue en pie porque “en la dirección de Ryanair quedan personas enrocadas como consejero delego Michael O’Leary o el responsable de recursos humanos, Eddie Wilson”.