Una "gran bola de fuego" fue detectada sobre el cielo de Madrid durante la madrugada del jueves, concretamente a las 3.56 horas, tras el impacto en la atmósfera de una roca procedente de un asteroide, a 126.000 kilómetros por hora.

La bola de fuego, que ha mostrado varias explosiones a lo largo de su trayectoria, ha avanzado en dirección sureste y se ha extinguido sobre la ciudad de Madrid, a una altitud de unos 21 kilómetros, prácticamente sobre la vertical del distrito de Puente de Vallecas, según la información del complejo astronómico de La Hita, recogida por EFE.

El fenómeno ha sido captado por los detectores del complejo astronómico de La Hita, en La Puebla de Almoradiel (Toledo), en el marco del proyecto Smart, que tiene como objetivo monitorizar continuamente el cielo con el fin de registrar y estudiar el impacto contra la atmósfera terrestre de rocas procedentes de distintos objetos del Sistema Solar. El Planetario ha informado de que "no hay que preocuparse".

La bola de fuego también ha sido grabada por los detectores que este mismo proyecto de investigación tiene instalados en los observatorios de Calar Alto (Almería), La Sagra (Granada) y Sevilla, según ha informado en una nota de prensa el complejo astronómico de La Hita.

Cada año caen a la Tierra miles de meteoritos

El observatorio ha informado a través de su cuenta de Twitter que se trató de "una bola de fuego que, por el brusco rozamiento con la atmósfera a esa enorme velocidad, se extingue y no llega a impactar". Según los expertos, cada año caen a la Tierra miles de meteoritos, en concreto, alrededor de 17.000 fragmentos.

A 126.000 kilómetros por hora sobre la Comunidad de Madrid

El análisis que ha hecho el astrofísico del Instituto de Astrofísica de Andalucía (IAA-CSIC) y responsable del proyecto Smart, José María Madiedo, ha determinado que la roca que ha originado la bola de fuego entró 126.000 kilómetros por hora sobre el oeste de la Comunidad de Madrid. Debido a esta elevada velocidad, el brusco rozamiento con el aire ha hecho que la roca se haya vuelto incandescente a una altura de unos 84 kilómetros, casi en el límite con la provincia de Ávila.

Esta incandescencia ha sido la que ha generado la brillante bola de fuego, que por su gran luminosidad pudo verse en toda España, desde más de 600 kilómetros de distancia.