A Miguel Ángel Revilla le puede estar apretando la Justicia, pero no el cariño de la calle. En plena batalla legal con el rey emérito Juan Carlos I, que le exige 50.000 euros por haber presuntamente atentado contra su honor con declaraciones “injuriosas” y “difamatorias”, el expresidente cántabro ha vivido un nuevo espaldarazo popular en la Feria del Libro de Madrid. Allí ha acudido para firmar su nuevo ensayo político ―Por qué pasa lo que pasa―, una obra en la que precisamente no ahorra críticas contra el padre de Felipe VI.

En medio de la polémica judicial, Revilla se ha visto arropado por decenas de personas que han hecho cola durante horas para compartir con él unos minutos, una dedicatoria, una foto o simplemente unas palabras de ánimo. “He tratado de ser coherente y he llegado a este final de la vida muy bonito para mí”, confesaba visiblemente emocionado. “Donde tanta gente te quiere, que dice cosas maravillosas, pues ¿qué le vas a pedir?


El baño de masas ha tenido también sus momentos televisivos. Iñaki López, rostro habitual de laSexta, se ha acercado a la caseta junto a su hijo pequeño para saludar al veterano político. Poco después, ha sido Lydia Lozano quien ha interrumpido su propia sesión de firmas para acercarse a Revilla, fundirse en un abrazo y confesarle con sinceridad: “Siento mucho que la demanda del Emérito te haya caído a ti”.

Aunque la cita era literaria, la conversación ha orbitado inevitablemente en torno al proceso judicial que se avecina. El expresidente cántabro evitó profundizar en cómo encara el juicio, aún sin fecha fijada, en el que previsiblemente se enfrentará cara a cara con Don Juan Carlos. Sin embargo, sí aprovechó para dejar clara su posición respecto al monarca cuando se le preguntó si estaría dispuesto a compartir un café con él durante su próxima visita a Sanxenxo. Su respuesta fue tajante: “Ni de coña. Ni de coña. Ya he terminado”.

El regionalista, que lleva años cargando con su crítica particular a la monarquía, mantiene que sus declaraciones se enmarcan en su libertad de expresión. El entorno del rey emérito, sin embargo, ha considerado que entre mayo de 2022 y enero de 2025 Revilla ha rebasado todos los límites aceptables en sus opiniones públicas, hasta convertirlas ―según la demanda― en afirmaciones lesivas para la imagen y la dignidad del anterior jefe del Estado.

A la espera de que la Justicia dictamine si hubo o no intromisión ilegítima en el honor del monarca, lo que sí parece claro es que Revilla no camina solo. Su caseta en El Retiro se convirtió este fin de semana en un improvisado bastión popular, donde decenas de ciudadanos le brindaron su complicidad y respaldo. Él, por su parte, no ha querido escudarse ni dar marcha atrás: “Ante esta situación que se me ha planteado, pues como es normal, tiene lógica, el 90% están por mí”. Mientras avanza el proceso, el político cántabro sigue firmando libros, sonriendo a las cámaras y esquivando, con sorna y determinación, los silencios de palacio.

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