El coronavirus sigue siendo punto del día, hasta en la iglesia. El arzobispo de Oviedo, Jesús Sanz Montes, empleó la misa de ayer en honor a San Mateo para aplaudir "el esfuerzo desde el consenso y la responsabilidad y sin otros intereses inconfesables" del Ayuntamiento de Oviedo para reducir las carencias de los vecinos debido al coronavirus. El mismo agradecimiento fue para el Gobierno regional, “aunque todo es mejorable”, dijo. El arzobispo resaltó que las administraciones local y autonómica "no dejan de hacer todo lo que pueden con imaginación y generosidad", tal y como recoge La Nueva España.

Además, el Arzobispo apuntó que "cabe el agradecimiento sentido y la denuncia abierta". En este último punto criticó "a los que han maquillado el fracaso y van haciendo los deberes que deberían haber hecho antes". En la misma línea, aseguró que "sorprenden las cortinas de humo o los incendios provocados con cuestiones que quieren imponer en nuestra memoria reconciliadora". En ese momento, habló de que "ni la memoria democrática ni la eutanasia responden a una demanda social, sino a intereses ideológicos, políticos y económicos".

Además, añadió que "la Iglesia defiende la vida en todas sus etapas, desde el concebido no nacido hasta los últimos días de una persona en los que la hay que cuidar paliativamente". "La sociedad demanda respuesta a problemas como el paro, la estabilidad escolar, la falta de trabajo para los jóvenes, la inmigración o la convivencia en paz, así que no focalicemos demagógicamente la vida con cortinas de humo o provocando incendios", recalcó.

Asimismo, explicó que "no es de política de lo que hablamos cuando defendemos la vida o denunciamos la mentira como argumento que se está llevando tantas vidas", recogía La Nueva España.

Unas declaraciones que tuvieron tanto aplausos como réplicas, pero que se produjeron en un contexto festivo, el día de San Mateo. Aunque como él mismo afirmó: "No todos pueden disfrutar de la fiesta porque no están los hornos para demasiados bollos". El prior aludió a la necesidad de fiesta "como un respiro del alma y del cuerpo" porque en su opinión "la fiesta está en la entraña de la condición humana y no es contraria al trabajo, sino conciudadana suya", recogía dicho medio.

Mientras la lluvia caía sin cesar, en el interior de la Catedral se celebraba el patrón de la ciudad, el Salvador, honrando al evangelista San Mateo, tal y como explicaba Sanz Montes. La ceremonia, de casi una hora y media de duración, estaba llena de fieles, que en algunos casos, no podían mantener la distancia de seguridad, sobre todo en el momento de la comunión.

El día de San Mateo es uno de los tres momentos en los que se pueden ver los restos conservados en la Cámara Santa de la Catedral de Oviedo. Las otras dos son el 14 de septiembre, día de la exaltación de la Santa Cruz y el Viernes Santo.

A causa de la pandemia, la misa de San Mateo tuvo que prescindir de los “paxarines”, unos muñecos de miga de pan que se venden en la Catedral desde las diez de la mañana hasta que finaliza la misa. Otra tradición que ha arruinado el coronavirus.