Un pueblo de León se está movilizando para expulsar al cura tras lo ocurrido en el funeral de un joven de 24 años muerto tras un fatídico accidente de tráfico. Concretamente, los vecinos de la localidad de La Magdalena no entienden por qué el párroco negó la palabra a dos personas cercanas al fallecido que querían despedirse dedicando unas bonitas palabras que honrasen el recuerdo del joven.

“En primer lugar queremos justicia. Después de presenciar actos que atentan contra la moral y el respeto de los presentes, en un homenaje y despedida a nuestro amigo, pedimos que el párroco sea inmediatamente destituido de la iglesia de La Magdalena”, expone el comunicado, lanzado en el portal de recogida de firmas change.org. 

“La humanidad, el respeto y la empatía deberían estar por encima de cualquier religión. Por ello, pedimos la recogida masiva de firmas que nos ayuden a llevar esta petición al obispado, y que sus actos no queden en el olvido”, prosigue el comunicado.

Concretamente, esta petición, vertebrada a través de esta famosa web de recogida de firmas, ya consta de 2445 firmas. El objetivo que se fijaron los organizadores de esta iniciativa era de 2500, por lo que está cerca de consumarse.

Comentarios de los vecinos

El texto que se puede leer en este portal no es el único que da motivos sobre los motivos que han arrastrado a este pueblo a pedir la expulsión del párroco. En los comentarios, diversos vecinos realizan valoraciones y explican que este indecoroso suceso no es el primero protagonizado por el cura.

Actuación horrible del párroco que no es puntual, sino que es una de muchas que se han ido desarrollando durante años por todas las iglesias de los pueblos que tiene adjudicados”, sostiene Fede Gutiérrez, que describe al cura como “prepotente” y de “actitud chulesca”. “El amor y cariño a los demás, eje y base del cristianismo, brillan por su ausencia en sus maneras de proceder”, sentencia este usuario.

“Es una vergüenza la actitud de este párroco en todos los pueblos a los que tiene que ir a dar misa. No es un hecho puntual. Son muchos años de feos, desplantes y salidas de tono”, expone, por su parte, María Berdasco Sierra. “No merecemos un párroco que nos trate así. Que lo echen de todos los pueblos que atiende”, sentencia esta vecina.