La próstata, una glándula del tamaño de una nuez ubicada debajo de la vejiga, es una parte crucial del sistema reproductivo masculino. Su principal función es producir el líquido seminal que transporta y nutre a los espermatozoides durante la eyaculación. Sin embargo, a medida que los hombres envejecen, la próstata puede experimentar cambios que afectan su funcionamiento normal. Uno de estos cambios comunes es la hiperplasia benigna de próstata (HBP), una condición que afecta a millones de hombres en todo el mundo.
La próstata es una glándula sexual masculina que rodea la uretra, el conducto que transporta la orina desde la vejiga hasta el exterior del cuerpo. Como glándula sexual que es, su misión está centrada en la fertilizada, en la capacitación del espermatozoide para que sea capaz de llegar en las mejores condiciones de madurez para fecundar el óvulo.
Además de producir el líquido que formará parte del semen, la próstata también desempeña un papel en el control del flujo de la orina durante la micción. Su función es crucial para la fertilidad masculina y el funcionamiento adecuado del sistema urinario
“Esta misión apenas es conocida por los pacientes y, sin embargo, se la relaciona con funciones del aparato urinario. Esto se debe a su situación anatómica, al estar ubicada en el territorio de lo urinario. La próstata rodea y abraza a la uretra, justo al finalizar el cuello de la vejiga, nos explica la doctora Carmen González Enguita, jefa del Servicio de Urología de la Fundación Jiménez Díaz. “Esta estratégica situación permite que tanto el semen como la orina salgan por el mismo conducto, por la uretra, y hace que la próstata puede influir en el funcionamiento de la vejiga, tanto en la fase de llenado como en la fase de vaciado, es decir en la dinámica de la micción”, subraya la experta.
La hiperplasia benigna: una condición común
La hiperplasia benigna de próstata (HBP) es un agrandamiento no canceroso de la glándula prostática que ocurre con el transcurso de la edad. A medida que la próstata evoluciona, puede ejercer presión sobre la uretra y obstruir el vaciamiento de la vejiga provocando alteraciones en el flujo de orina, lo que resulta en síntomas urinarios incómodos, como micción frecuente, urgencia urinaria, nocturia y dificultad para comenzar, chorro fino, flojo, entrecortado o desparramado, goteo terminal, sensación de vaciado incompleto de la vejiga y micción en dos tiempos.
"Estos síntomas -señala la doctora Enguita, pueden mejorar con la educación del paciente en la modificación de su estilo y hábitos de vida (cambios dietéticos, de ingesta de líquidos, re-educación miccional, estilos posturales, ejercicio físico, deporte, etc) y un tratamiento farmacológico bien elegido, según el tipo y la intensidad de los síntomas y de las características anatómicas de cada próstata". "Sin embargo, cuando la sintomatología no mejora o no se resuelve, aparecen efectos secundarios, lo que se denomina una enfermedad en progresión (retención aguda de orina (RAO), infección urinaria (ITU), hematuria, litiasis vesical, insuficiencia renal…) o el paciente no desea estar siempre tomando medicamentos, está indicada la cirugía", matiza la experta.
La hiperplasia benigna de próstata (HBP) es una condición común en hombres mayores de 50 años. En España, se estima que alrededor del 50% de los hombres mayores de 50 años y hasta el 90% de los hombres mayores de 80 años experimentan síntomas relacionados con la hiperplasia benigna en algún momento de sus vidas. Esta alta prevalencia subraya la importancia de la conciencia y la detección temprana de la condición.
Hábitos para prevenir y mejorar
Para mantener la salud de la próstata y reducir el riesgo de desarrollar hiperplasia benigna de próstata, los hombres pueden seguir algunos consejos y hábitos saludables, que incluyen:
- Mantener un peso saludable: El exceso de peso no es conveniente para realizar una micción adecuada. Mantener un peso saludable a través de una dieta balanceada y ejercicio regular puede ayudar a proteger la próstata la dinámica de la micción.
- Tener una dieta saludable: Una dieta rica en frutas, verduras, granos enteros y grasas saludables puede ayudar a mantener la salud en general con agradables repercusiones sobre una buena dinámica miccional. Se recomienda limitar el consumo de alimentos procesados, grasas saturadas y azúcares añadidos.
- Realizar ejercicio regularmente: El ejercicio físico regular puede ayudar a mejorar la salud general y reducir el riesgo de tener una mala dinámica miccional. No se debe abusar de ejercicios físicos donde la próstata, por su situación anatómica, puede estar implicada, por ejemplo montar en bicicleta, montar en moto, la equitación o el uso abusivo de ciertas máquinas de los gimnasios donde el roce perineal sobre la próstata pueda estar dañando de forma frecuente y de manera repetida la anatomía prostática.
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Ingesta abundante de líquidos limitando el consumo de alcohol y cafeína:
Es saludable para todo el organismo tener una ingesta de al menos 1,5 l de agua al día. A la vez hay que conocer que el consumo excesivo de alcohol y cafeína, de comidas muy especiadas y de cualquier sustancia estimulante, irritante puede irritar la vejiga y empeorar los síntomas miccionales. Limitar la ingesta de estas sustancias puede ayudar a reducir los síntomas urinarios. - Mantener una buena higiene genital: Practicar una buena higiene genital puede ayudar a prevenir infecciones urinarias y mantener la salud de la próstata.
Tratamientos para la hiperplasia benigna
El tratamiento para la hiperplasia benigna de próstata depende de la gravedad de los síntomas y del impacto en la calidad de vida del paciente. Existe la opción de los medicamentos, como los bloqueadores alfa y los inhibidores de la 5-alfa reductasa, que pueden ayudar a reducir los síntomas urinarios asociados con la hiperplasia.
Como decíamos con anterioridad, cuando se quiere evitar el consumo continuo de medicamentos, se puede optar por otras alternativas que van desde procedimientos poco invasivos a la cirugía. Procedimientos como la terapia con láser, la ablación transuretral con aguja y la vaporización prostática pueden ayudar a reducir el volumen de la próstata y mejorar el flujo de orina. En casos graves o que no responden a otros tratamientos, la cirugía de resección transuretral de la próstata (RTUP) o la prostatectomía pueden ser necesarias para aliviar los síntomas y mejorar la calidad de vida.
“La elección del tipo de técnica dependerá del tamaño de la próstata y de las posibilidades de poder elegir entre diferentes tecnologías o energías (láser, energía eléctrica, vapor de agua a alta presión…) que llegan a destruir el tejido prostático de manera diferente”, detalla la doctora González Enguita. Además, "existen otros procedimientos menos invasivos que separan los lóbulos prostáticos con un sistema de anclaje a la cápsula, lo que permite el paso de la orina a través de la uretra prostática", añade la doctora de la Fundación Jiménez Díaz.
La importancia de la Atención Continuada
Una innovación cada vez más extendida es la aplicación de la atención continuada, que se está incorporando a los centros hospitalarios para ofrecer programas para pacientes con hiperplasia benigna de próstata, que incluyen seguimiento regular con urólogos, educación sobre la condición y opciones de tratamiento, y apoyo emocional para lidiar con los síntomas y el impacto en la calidad de vida.
En el caso de la Fundación Jiménez Díaz, se ha creado la “Escuela de Paciente HBPróstata, dirigida a aquellos pacientes que en las semanas siguientes van a ser intervenidos por esta dolencia. Una iniciativa que se engloba “dentro de la estrategia del hospital de impulsar acciones de educación sanitaria, prevención y promoción de la salud dirigidas a la sociedad”, explica el doctor Óscar Gómez, director de Continuidad Asistencial del centro hospitalario englobado dentro del servicio sanitario madrileño Sermas.
"Buscamos establecer una cercanía de los pacientes con el equipo multidisciplinar de médicos especialistas en Urología y enfermeros que van a participar en su proceso asistencial y que puedan familiarizarse con las dependencias del hospital", detalla la doctora Leticia López Martín, especialista del Servicio de Urología de la Fundación Jiménez Díaz y quien coordina esta iniciativa.
Dentro de la Escuela de Pacientes HBPróstata se incluyen encuestas de satisfacción del abanico de actividades que incluye, con la oportunidad de resolver todas las dudas tras las sesiones, "lo cual permite al equipo de profesionales sanitarios escuchar qué es aquello que inquieta o le preocupa, o necesita conocer el paciente antes de ser sometido a una intervención quirúrgica".
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