La Comunidad de Madrid también se está viendo afectada por la oleada de incendios que afecta al territorio nacional. Al primero surgido en Tres Cantos se sumó, recientemente, el foco que derivó en un fuego de gran magnitud en Colmenar Viejo. Aquellas llamas en la localidad tricantina devoraron 2.000 hectáreas de terreno y provocó daños en las viviendas de Soto de Viñuelas, mientras que el segundo se ha podido controlar en la jornada del 19 de agosto tras quemar una superficie de 158 hectáreas, fundamentalmente de pasto. 

El Oficial de Bomberos de la Comunidad de Madrid, Alfonso Segura, explicó que, pese a que se han producido dos o tres reproducciones, se logró dar por estabilizado el incendio y conseguir derivarlo a una fase de "remate y vigilancia". De este modo, las 11 personas que habían sido desalojadas de siete viviendas diseminadas por la zona pudieron regresar a sus hogares.

Incendios que se suman a los existentes en todo el país y que han abierto en estos días un debate que se ha focalizado no solo en la importancia de las labores de prevención y si se estaban realizando, sino también en lo relativo a las condiciones laborales de los bomberos, que se están enfrentando a interminables jornadas de trabajo con unas bajas remuneraciones y recursos que resultan escasos, llamando la atención de muchos. De hecho, el incendio de Tres Cantos surgió en plena huelga de los trabajadores del servicio de extinción de la Comunidad de Madrid. La misma no implicó que no se atajaran las llamas que afectaban el terreno y las viviendas, pues acudieron a sofocarlas 14 dotaciones y 90 efectivos, ya que establecieron unos servicios mínimos del 80%.

Esta huelga fue convocada para denunciar unas condiciones de trabajo que los bomberos madrileños definían como "precarias". Así, reivindican no solo la subida de su salario, superior al SMI por escasos 100 euros, sino también el reconocimiento de la peligrosidad y de la categoría profesional, la revisión del régimen de descansos y la temporalidad. Un convenio que, subrayan, se encuentra obsoleto y no se actualiza desde el 2008. Las brigadas forestales de la Comunidad de Madrid cuentan con unos 330 trabajadores que están en plantilla todo el año, a los que se suman 200 efectivos de refuerzo en los cuatro meses de la campaña del INFOMA, por lo que también critican la estacionalidad que sufren muchos. 

Reivindicaciones que han apartado durante unos días, ya que, ante la magnitud de la oleada de incendios que asola el país, los bomberos de Madrid han aplazado su huelga al 25 de agosto para prestar su ayuda. Cuando la reinicien volverán a denunciar las condiciones laborales que enfrentan y a volver a solicitar una reunión con la empresa encargada de gestionar las brigadas forestales madrileñas, Tragsa, y la Comunidad de Madrid pues en estos días, tal y como exponen, la respuesta ha resultado ser nula.

Hartazgo entre los trabajadores del servicio de extinción de incendios madrileño que fue llevado al programa Al rojo vivo de La Sexta, donde conectaron con Jesús Casas, presidente de Tragsa, a quien preguntaron por esta situación y qué opinión guardaba del salario que percibe este cuerpo de bomberos autonómico. En su respuesta, Casas mostraba unas dudas que despertaron la sorpresa de muchos al evidenciar no conocer la remuneración percibida por este colectivo: "Yo no sé si gana de media 1.300 euros... Hay una nómina que ha circulado, que es una nómina de fuera del periodo de extinción de un peón, que dice que gana 1.300 euros. Vamos a ver, los bomberos forestales en Madrid formalmente no son bomberos forestales. Esto es muy importante. La presidenta de la Comunidad de Madrid, ayer cuando habló, habló de brigadistas y tenía razón, porque los bomberos forestales en Madrid nosotros los podemos denominar así para que nos entendamos todos,  pero desde el punto de vista jurídico y legal aún no lo son. Yo espero que lo sean pronto...", exponía, haciendo ver que una de las reivindicaciones, como es la del reconocimiento de la categoría profesional, verdaderamente, no se da. El presidente de Tragsa mostraba estaba este deseo que se dé un cambio en está situación; sin embargo, todavía no han aceptado una reunión con los trabajadores para proceder a la negociación.

Casas continuaba su respuesta afirmando lo siguiente: "Los colectivos que trabajan en bomberos forestales o que trabajan en actividades de extinción en España tienen una distribución, como digo, muy variable y oscila en función de las comunidades autónomas, en un rango que, a mi modo de ver, es demasiado amplio, porque es un rango que puede situarse en los niveles superiores bruto al año y sin complementos derivados de tiempo de extinción y cuestiones de este tipo adicionales, que puede estar en las comunidades autónomas que tienen unas distribuciones superiores para el bombero forestal básico o asimilado en unos 30.000 o 32.000 euros, y en otras comunidades autónomas en las que las condiciones retributivas de los convenios laborales que existen entre los empresarios y los trabajadores son las menos adecuadas, pues puede estar casi la mitad. No digo la mitad, un poquito más de la mitad, pero casi".

La Comunidad de Madrid se desvincula

El consejero de Educación, Ciencia y Universidades, Emilio Viciana, afirmó el 19 de agosto que la Comunidad de Madrid posee lo que definió como una "máxima voluntad de ayudar" en el conflicto laboral de las Brigadas Forestales en la región, si bien, también consideró que el gobierno autonómico, a pesar ser miembro del accionariado de la empresa, no forma parte de esta relación y que "esa negociación tiene que producirse entre la empresa y los trabajadores".

Súmate a

Apoya nuestro trabajo. Navega sin publicidad. Entra a todos los contenidos.

hazte socio