El pasado junio, Correos llevó a cabo una campaña publicitaria en favor de los derechos LGTBI y lanzó un sello dedicado al Pasaje Begoña en Torremolinos, el cual fue declarado por el Congreso de los Diputados y el Parlamento de Andalucía como Lugar de Memoria Histórica y cuna de los Derechos y Libertades LGTBI. 

De esta manera, Correos emitió un millón de sellos a un euro la unidad además de poner a la venta el llamado 'paq Orgullo', el cual por 12 euros, incluía un abanico, una postal, una bandera y el citado sello. Asimismo, se decidió pintar con los colores de la bandera arcoíris furgonetas y buzones. Tal y como reflejó Correos, de los 3.940 buzones repartidos en España, se decoraron tan solo nueve. Y de las 13.461 que conforman la flota, se vinilaron cinco. También se decoró la oficina de Correos situada en Chueca.

Todo ello por un precio de 10.351 euros. Un despilfarro para la extrema derecha, quien exhibió su populismo y ranciedad recalcitrante a la esfera pública. Todo ello representado en su principal figura. Santiago Abascal se quejó de que no había dinero para respiradores ni ERTES: "¡Gobierno criminal!".

Curiosamente, esta semana el Ayuntamiento de Madrid, con el apoyo de Vox, ha gastado 12.750 euros en un proyecto para renovar banderas de España de los balcones. Tal y como ha aprobado el consistorio madrileño, la ciudad pagará el cambio de enseña a los vecinos que tengan la suya en mal estado. ¿Por qué el gasto de Correos fue un despilfarro y Abascal calla ante el del Ejecutivo de Almeida? La respuesta parece evidente: homofobia.

Tras la polémica suscitada, tal y como publicó Newtral, Correos señaló que después de una semana de campaña había ingresado 33.678 euros por venta de artículos y había valorado el impacto en medios en más de 800.000 euros. Hechos que, obviamente, la extrema derecha prefirió obviar.