La presentadora Patricia Conde ha explicado su reciente entrada en la lista de morosos de Hacienda en una carta en su perfil de Instagram. En ella afirma con seguridad que paga sus impuestos “en cantidades astronónicas” y desde que era una niña. Según Conde, es algo que siempre ha hecho y, como asegura, “jamás ha dejado ni un céntimo de euro sin declarar”.

Pero el viernes pasado su nombre apareció entre aquellas empresas y particulares que deben más de un millón de euros al Estado. Concretamente su deuda asciende a 1,2 millones, y según afirma, su presencia se debe que “Hacienda entiende que, en un determinado momento, que se remonta a más de diez años, tributé con arreglo a un criterio que no comparte, sin prejuicio de que en todas sus actuaciones reconozca que declaré todos mis ingresos SIEMPRE”.

Además, añade: “La discrepancia reside en una distinta interpretación de la norma, circunstancia que escapa de mi control e influencia, en tanto me dedico a una cosa bien distinta del asesoramiento fiscal. Dilucidar quien está en lo cierto, si Hacienda o quienes me asesoraron, corresponde a los Tribunales, y a fecha actual todo está pendiente de sentencia por parte de los mismos”.

Manteniendo el tono crítico, la presentadora afirma que ya se verá quién debe a quién cuando se pronuncien los Tribunales. “De esa parte ‘discutible’ a estas fechas ya ha sido pagada mucha, ya que me gano muy bien la vida y si los tribunales entendieran que la AEAT (Agencia Estatal de Administración Tributaria) no tiene razón, se me debería mucho dinero…Por lo demás, aceptando las reglas del juego (aunque es difícil de entender que tengas que pagar antes de que los Tribunales se pronuncien), a estas alturas ya tengo una gran parte de la deuda pagada y consensuado un acuerdo con la AEAT para hacer frente al resto, si bien es posterior a la fecha a que se refiere el listado en el que aparezco”, afirma.

Finalmente y asegurando que siempre cumple con su familia, amigos, trabajo, ideas, compañeros, “y por supuesto, con Hacienda”, se despide: “Un beso grande para todos (incluso para el señor Montoro).