Es España se producen al año miles de fracturas de cadera en mayores de 65 años. Su incidencia se sitúa entre 301 y 897 casos por 100.000 habitantes, y casi todos son consecuencia de fases avanzadas de osteoporosis.

Intervenir de inmediato no solo mejora los resultados, sino también los porcentajes de supervivencia. No hay que olvidar que en mayores de 90 años, la mortalidad anual sigue siendo del 50 por ciento.

Por este motivo, el Hospital Universitario Infanta Elena, integrado en la red sanitaria pública de la Comunidad de Madrid, cuenta con un protocolo de intervención preferente, que permite operar a la mayor parte de los pacientes en menos de 48 horas.

“Este concepto ha sido interiorizado y hecho propio por todos los médicos implicados en nuestro centro, que actúan de manera coordinada con el fin de lograr una intervención precoz”, señala el Dr. Cristóbal Suárez Rueda, jefe de Cirugía Ortopédica y Traumatología.

El sistema puesto en marcha en el centro permite a todos los especialistas-traumatólogos, geriatras, anestesistas, internistas y médicos de urgencias-actuar de forma conjunta y simultánea, reduciendo de manera muy importante los tiempos.

De hecho, la media espera para ser intervenido en este hospital en 2018 fue de 25,22 horas, cifra que queda muy por debajo de la media nacional, que es del 75,7, según los datos del Registro Nacional de Fractura de Cadera (RNFC).

Operar en las primeras 48 horas

Cuando el paciente es diagnosticado en el Servicio de Urgencias de fractura de cadera es valorado por el traumatólogo, que establece la indicación quirúrgica, y por el geriatra, que ajusta su medicación y le optimiza, desde un punto de vista médico, para que pueda soportar la intervención.

El anestesiólogo, por su parte, valora las pruebas preoperatorias y determina si es apto o no para ser operado. “Esta optimización puede durar unas horas, necesarias para lograr un correcto ajuste y evitar complicaciones, pero lo importante de estos protocolos no es la urgencia por operar, sino por estabilizar al paciente para que pueda ser intervenido en las primeras 48 horas”, subraya el Dr. Suárez Rueda.

Con el establecimiento de estas medidas, el pasado año se logró operar en el HUIE de Valdemoro, en las primeras 48 horas, al 85,12 por ciento de los pacientes mayores de 65 años, un porcentaje muy por encima de la media española, que fue en 2015 según datos de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) del 48,4%,, y superior a la media de los países desarrollados, donde se situó en el 80,9 por ciento.

Mejores resultados y menor mortalidad

Esto se ha traducido en mejores resultados y menor mortalidad. “Desde la aplicación de estos protocolos en 2018 hemos conseguido reducir la mortalidad durante el ingreso en más de cuatro puntos porcentuales”, destaca el jefe de Cirugía Ortopédica y Traumatología.

A esto hay que añadir que “solo el 2,9 por ciento de los pacientes desarrollaron una úlcera por presión frente a la media nacional de 6,7 por ciento”, puntualiza.

Consecuencias de una fractura de cadera

No hay que olvidar que la fractura de cadera puede causar importantes complicaciones médicas como “neumonía, anemización por sangrado, insuficiencia cardiaca o respiratoria, trombosis venosa profunda, tromboembolismo pulmonar o infección de la herida”, advierte este especialista.

Del mismo modo, a medio y largo plazo, el inmovilismo asociado a esta fractrua implica también problemas como úlceras, escaras, incapacidad para salir de casa o síndrome post caída.

“Esto afecta también a las familias, que tienen que reorganizarse para asumir los cuidados de unas personas que en, muchas ocasiones, antes eran autónomas y vivían solas”, asegura el Dr. Suárez Rueda.

Según datos del RNFC, tres de cada cuatro mayores de 75 años que sufrieron una fractura en 2017 vivía en su domicilio. Sin embargo, al alta, solo el 36,9 por ciento volvió a su casa.

Por ello, “la rapidez con la que se interviene a un paciente es fundamental para evitar la aparición de complicaciones que le impedirán volver a su vida tal y como la dejó”, recalca.

El Dr. Suárez (izda) con el Dr. Leopoldo Bárcena, geriatra del HUIE con quien atiende las fracturas de cadera en el hospital

Unidad de Ortogeriatría

Pero para el abordaje de las fracturas de Cadera, el Hospital Universitario Infanta Elena no solo cuenta con este protocolo específico, sino también con una Unidad de Ortogeriatría formada por un médico especialista en Geriatría con dedicación exclusiva para valorar a los pacientes ancianos desde el mismo momento de su llegada a Urgencia y acompañarlos durante todo el ingreso.

Tal y como indica el jefe de este Servicio, “la valoración en la propia Urgencia es imprescindible en la optimización del paciente, tanto antes de la intervención como tras ella”. De este modo, “podemos adelantarnos a la aparición de complicaciones que médicos menos versados en el conocimiento del anciano no sabrían anticipar con tanta precocidad”, precisa.

Por otro lado, el hospital dispone también de un proyecto piloto dirigido no solo a mejorar la cantidad de vida que se logra mediante la cirugía precoz, sino también la calidad que se consigue a través de la reincorporación a las actividades cotidianas. Para ello, “se ha potenciado la sedestación del paciente en las primeras 24 horas tras la cirugía (lo que se ha conseguido en el 77 por ciento de los casos) y la deambulación a las 48 horas”, detalla el Dr. Suárez Rueda. Esto lo hace posible el trabajo coordinado de fisioterapeutas en el gimnasio de Rehabilitación, que enseñan a caminar, y de terapeutas ocupacionales que, en planta, muestran estrategias para afrontar las actividades básicas como vestirse, asearse o ir al baño.

La osteoporosis se puede prevenir

Las fracturas de cadera en cierto modo se pueden prevenir si tratamos de evitar la diminución d la masa ósea. Para luchar contra la osteoporosis, además de algunos fármacos que puede prescribir el médico si lo considera necesario, es importante “realizar ejercicio suave (caminar, natación, pilates, etc.), tomar alimentos ricos en calcio (lácteos, sardinas, legumbres o frutos secos) y la exposición al sol, porque favorece la activación de la vitamina D, que, a su vez, beneficia la absorción del calcio”, indica el Dr. Suárez Rueda, que asegura que “existe evidencia científica demostrada de excelentes resultados”.

La prevención resulta fundamental, si se tiene en cuenta que “si viviéramos 90 años, una de cada tres mujeres y uno de cada cuatro hombres sufriría una fractura de cadera”, afirma este médico.

Del mismo modo, es importante tener en cuenta que hay fracturas de muñeca y aplastamientos vertebrales que también son fracturas osteoporóticas de aparición más precoz, y que, alerta el traumatólogo, “deben servir de aviso a quienes las sufren para cambiar de hábitos y pedir ayuda especializada”.