España ha vivido un verano de temperaturas sofocantes que ha dejado un balance trágico de 1.783 muertes atribuibles al calor extremo hasta el pasado domingo, según los datos del Sistema de Monitorización de la Mortalidad Diaria (MoMo) del Instituto de Salud Carlos III. Las cifras confirman que 2025 se ha convertido en uno de los veranos más mortíferos desde que se tienen registros por la intensidad, persistencia y amplitud geográfica de las olas de calor.
La actual ola, que comenzó el 3 de agosto, también ha golpeado con fuerza a gran parte de Europa, desde Francia y Portugal hasta los Balcanes, Suiza y Reino Unido, provocando alertas por riesgo extremo de incendios y temperaturas que han superado los 42 grados en varias zonas del continente.
Calor prolongado en España
España ha registrado tres olas de calor principales en lo que va de verano. La primera, del 28 de junio al 1 de julio, dejó 218 muertes. La segunda, mucho más prolongada y extrema, se concentró en julio, mes en el que MoMo estima 1 060 fallecimientos vinculados a las altas temperaturas. La tercera, todavía en curso, acumula ya 298 muertes en apenas nueve días.
Los datos oficiales indican que, solo en los primeros diez días de agosto, el calor ha provocado 309 muertes, una cifra ligeramente inferior a la de los mismos días de julio pero que confirma la persistencia del riesgo. La letalidad ha sido particularmente alta durante el último fin de semana: 64 fallecidos el domingo, 55 el sábado y 50 el viernes. Desde el martes pasado, no se ha registrado ningún día con menos de 40 muertes por causas relacionadas con el calor.
Entre los fallecimientos más recientes destacan dos casos que han puesto el foco sobre la exposición laboral a las altas temperaturas. En Cádiz, una mujer de 61 años perdió la vida por un golpe de calor mientras trabajaba en la vía pública. En Jaén, un joven de 22 años murió en circunstancias similares. En ambos casos, las autoridades sanitarias señalan la existencia de factores personales de riesgo, pero advierten de que la prevención laboral es clave para evitar más tragedias.
El Ministerio de Sanidad recuerda que los golpes de calor pueden desarrollarse en cuestión de minutos cuando el organismo es incapaz de regular su temperatura, especialmente durante trabajos físicos al aire libre sin hidratación ni descansos adecuados.
Temperaturas extremas
La Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) ha documentado valores extremos en múltiples puntos del país. El domingo, Lleida alcanzó 43 °C y en las Terres de l’Ebre se rozaron los 41 °C. En el interior peninsular, las máximas se han situado habitualmente entre 36 °C y 39 °C, con picos de 44 °C en el valle del Guadalquivir.
Para los próximos días, la Aemet prevé un leve descenso térmico en zonas del litoral mediterráneo, aunque la incertidumbre sigue siendo alta. No se descarta un nuevo repunte de temperaturas durante el puente de agosto, lo que podría prolongar la actual ola de calor y aumentar la presión sobre los sistemas sanitarios.
Francia, Portugal, Suiza, los Balcanes y Reino Unido han emitido alertas rojas en las últimas jornadas. Las autoridades europeas advierten de que las temperaturas extremas están incrementando la presión hospitalaria, agravando enfermedades respiratorias y cardiovasculares, y elevando el riesgo de incendios forestales de gran magnitud.
Organismos como la Organización Mundial de la Salud (OMS) han vuelto a subrayar que el cambio climático está amplificando la frecuencia e intensidad de las olas de calor, con un impacto directo en la mortalidad y la calidad de vida.
El reto sanitario
Los expertos coinciden en que la adaptación a estas condiciones será uno de los grandes desafíos de salud pública en las próximas décadas. Planes de prevención más estrictos, alertas tempranas efectivas y protocolos laborales adaptados figuran entre las medidas que urgen para reducir la mortalidad asociada.
El Ministerio de Sanidad, las comunidades autónomas y los ayuntamientos han recordado a la población la necesidad de seguir las recomendaciones básicas: hidratarse de forma constante, evitar la exposición directa en las horas centrales del día y prestar especial atención a mayores, niños y personas con enfermedades crónicas.