Son la pareja de moda. Javier Calvo y Javier Ambrossi han recaudado casi 2,5 millones de euros en las salas con su primera película, 'La llamada'. Su webserie’ 'Paquita Salas' fue adquirida este año por Netflix y desde el pasado mes de octubre forman parte del elenco de profesores de ‘Operación Triunfo’, el programa revelación de 2017.

Gracias a su trabajo, ‘Los Javis’ se han ganado a pulso ser una de las parejas más queridas del panorama mediático actual. Pese a ello, esta semana sufrieron la ira de un individuo homofobo. Tal y como relataron en ‘OT’, mientras caminaban por la calle un chico chocó contra ellos "de forma intencionada". Entonces, rompió un plato en la espalda de Ambrossi y les gritó en mitad de Barcelona que eran unos “maricones”.

 

Ni hechos aislados, ni meras estadísticas
Afortunadamente, este tipo de agresiones son minoritarias en España -nuestro país está a la cabeza del mundo en aceptación social de la homosexualidad-, pero no son hechos aislados. 

Solo en Madrid, a lo largo de 2016 se produjeron 316 agresiones homofobas. Así lo recoge en el informe del Observatorio Madrileño contra la LGTBfobia Arcópoli, la asociación de Lesbianas, Gais, Transexuales, Bisexuales y Heterosexuales de las Universidades Politécnica y Complutense de Madrid que ya adelantó hace unos meses que previsiblemente la cifra no mejorarÁ en 2017. De hecho, a finales de este verano ya se habían contabilizado de forma oficial 197 agresiones solo en la capital.

Cifras que no son solo estadísticas. Detrás de cada número hay una persona. Una historia que en contadas ocasiones transciende con detalles a la luz publica. Son pocas las víctimas que se atreven a contar el ‘infierno’ que sufrieron por el simple hecho de amar a alguien de su mismo sexo. ‘Los Javis’ son una excepción, como en su día lo fue Francisco Patro, el joven madrileño a quien pegaron por ser homosexual y que relató su historia a ELPLURAL.COM.

Patro, el chico que se atrevió a denunciar
“La sensación que te queda después de una agresión es tan grande y abrumadora a día de hoy aún no he logrado describirla bien. Es una mezcla de una rabia e impotencia inmensa, una indignación sin sentido. Siento tristeza e incluso vergüenza. En segundos dejas todo tu orgullo y te avergüenzas de ser quien eres”, admitió Patro a este periódico, si bien aclaraba después que “ni un millón de golpes nos harán renunciar a elegir a quién queremos amar”. 

Testimonios como el de Patro o el de ‘Los Javis’ son de vital importancia para el colectivo homosexual. Rubén López, responsable de delitos de odio de Arcópoli, lo explicaba recientemente con meridiana claridad:  "Hay que denunciar. Si no hay denuncia hay impunidad. Pero es difícil, es duro. Nadie está preparado para vivir algo ni, mucho menos, para contarlo delante de un desconocido. La gente no quiere contarle a un policía que le han pegado por ser maricón".