Desde el estallido del grave brote de listeriosis mucho se ha especulado con los responsables de la empresa y sus titulares. Defendidos por la propia Junta de Andalucía que por boca de su Consejero de Salud ha dicho que “han tenido mala suerte”, ahora comienzan a conocerse aspectos y datos que llaman poco a la serenidad y confianza en la firma cárnica y en sus propietarios.


Poco a poco se van conociendo informaciones tales como que el teórico propietario es Sandro José Marín Rodríguez. Este contaba con 21 años de edad al crear la empresa Magrudis algo difícil de entender porque además de ser un adolescente se hallaba en Polonia cursando un Erasmus en la Universidad de Económicas de Katowice. La pregunta que cabe hacerse es ¿Cómo pudo Sandro Marín crear una empresa como estudiando en Polonia, con 21 años y con un capital social de 3.005 euros.

Testaferro a bordo


Esos datos indicarían que Marín Rodríguez se trata de un hombre de paja, un testaferro. Y así es. El dueño real de la empresa de donde ha surgido el brote de listeria es su padre, José Antonio Marín Ponce. En una entrevista de ABC de Sevilla se presentó como el "gerente" de la empresa. Contradictoriamente dice tener idéntico cargo que su hijo. Y es que Sandro Marín recientemente en otra entrevista en Canal Sur fechada el 16 de julio también fue presentado como gerente.

La conclusión es clara, el propietario real de La Mechá es José Antonio Marín y su hijo Sandro es el testaferro. Los motivos que podrían haber llevado al padre a utilizar a su hijo como pantalla legal y fiscal se entienden bien a tenor de lo publicado hoy por El País donde explica como el padre anteriormente dejó tres empresas con deudas en 20 años.


Quiebras y nuevas empresas


El rastro financiero de José Antonio Marín Ponce durante 20 años deja un reguero de empresas, quiebras y deudas. Sanmasur, creada en 1993, quebró a finales de los noventa. Tenía como objeto el "comercio al por mayor de carne y productos cárnicos". En esta empresa dedicada al comercio al por mayor de carne y productos cárnicos, el administrador único fue Marín Ponce. Más tarde, en 1996, crea la firma, también cárnica, Sierra Encina S.L con vida efímera y dejando deudas. En esta empresa, supuestamente es su esposa quien figura como administradora.


Crea de nuevo otra empresa en el año 2000, Embutidos El Patio. Marín Rodríguez solo figura de apoderado. En 2012 se declara insolvente volviendo a dejar deudas de decenas de miles de euros. Y es en 2013 cuando aparece la actual empresa, Magrudis, de la mano de su hijo, José Antonio Marín Ponce, como propietario y administrador único. El padre, a efectos legales, sequita de en medio.

En la entrevista citada de Canal Sur TV del 16 de agosto pasado (Ver vídeo en minuto 21,50) aparece Sandro Marín en calidad de gerente afirmando además de que la empresa cuenta con “unos 20 trabajadores" pero según las cuentas anuales de Magrudis SLU correspondientes a 2017, la empresa sólo tenía 5 trabajadores como se observa en el documento adjunto.