Patricia Ramírez, madre del niño de ocho años Gabriel Cruz, ha declarado en la tarde de este martes a puerta cerrada ante el tribunal de jurado y lo ha hecho cara a cara con la procesada por el crimen, ya que ha pedido que no se pusiera biombo para evitar el contacto visual con ella.

Ha permanecido en sala durante 40 minutos y ha respondido a las preguntas que le han formulado tanto las acusaciones como la defensa, como lo ha hecho el padre del pequeño, Ángel Cruz, quien sí ha pedido no ver a quien fuera su pareja sentimental, al igual que la abuela paterna y una prima menor de edad del niño.

Durante la sesión de tarde se han sucedido las declaraciones, que han sido ágiles en relación a las testificales de la mañana, ya que Ángel ha sido interrogado 30 minutos mientras que su madre ha declarado en 15 minutos y la menor, apenas ocho minutos.

El psiquiatra clínico que atiende a Patricia Ramírez ha asegurado que Gabriel Cruz mostró "angustia y temor" cuando se inició a finales de 2017 la convivencia de Ana Julia Quezada con su padre a quien "no se atrevía a decírselo" porque era "un niño noble, que se guardaba los problemas y jamás en la vida quería hacerle daño a nadie".

"Sentía que el padre no le prestaba atención desde que Ana Julia apareció en su vida, tenía una sensación de abandono y sufría experiencias de angustia, miedo y temor a dormir solo en Vícar", ha dicho en alusión al domicilio que ambos compartían y a cuya entrada fue detenida la procesada con el cuerpo sin vida del menor en el maletero.

También ha testificado por videoconferencia la hija que Ana Julia Quezada tuvo en un anterior matrimonio en Burgos. Lo ha hecho tras pedir que "no quería ver a su madre" y para decir a continuación que la relación con ella "una vez se vino a vivir a Almería era esporádica" y que antes era "sin apego". "Siempre ha sido muy distante, muy independiente", ha apuntillado.

Ha admitido que, una vez tuvo conocimiento de que ella había dado muerte al niño, se sintió "utilizada" y ha señalado que antes "nunca" llegó a pensar que "le estuviera manipulando para dar una imagen armónica familiar ante la Guardia Civil" cuando la llamó para pedirle que viniese a Almería a buscar al niño. "Ella me lo pidió y yo fui de corazón a ayudar. Me da igual lo que ella quisiera hacer, yo vine de corazón", ha dicho entre lágrimas que no ha podido contener al final de su interrogatorio en el que ha confirmado haber roto cualquier relación con su madre "porque no quiero, no me sienta bien".

Abandonan el Juzgado por separado

Tras la conclusión de estas testificales, ambos han abandonado el Palacio de Justicia de Almería por separado. Patricia lo hacía en primer lugar acompañada por el psiquiatra clínico que también ha comparecido en juicio este martes en calidad de testigo y un rictus de dolor evidente en su rostro tras el trance.

A continuación, ha salido de la sede judicial Ángel Cruz junto a su madre, la prima menor del pequeño y varios familiares que le han arropado también a la llegada. Lanzando miradas al cielo constantes, ha dado las gracias cuando se dirigían a él para expresarle solidaridad y cariño.

El abogado de la familia

El letrado de ambos, Francisco Torres, ha asegurado a los medios de comunicación al término de la jornada que ha sido "muy duro" aunque no se ha aportado "nada novedoso". "Es muy complicado y es una cosa que tenían que pasar pero si para mí es muy duro, muy duro es para toda la gente", ha trasladado tras prolongado silencio de cinco segundos.

Sin entrar en detalle al ser las testificales a puerta cerrada, ha indicado que los cuatro se han ratificado en las manifestaciones realizadas en instrucción y ha rechazado que las preguntas hayan estado dirigidas a "intentar apuntalar" los delitos de lesiones psíquicas y contra la integridad moral que imputan las acusaciones a Ana Julia Quezada.

"Creo, sinceramente, que es todo muy obvio y que lo que hace falta es que nueve personas, que son el jurado popular, lo vean exactamente igual que yo. Es muy claro el asunto", ha remarcado, al tiempo que ha insistido en "la maldad infinita, la frialdad terrible" de la procesada.

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El letrado de la procesada

Por su parte, el abogado Esteban Hernández ha expresado su respeto al "dolor" de la familia "con independencia de nuestro criterio procesal al respecto" y ha apuntado que la "reacción" de los padres de Gabriel Cruz en sala "era previsible".

"Siempre es desafortunado que haya testigos porque a todos nos afecta. Ningún sufrimiento nos es ajeno y siempre podemos empatizar con eso", ha concluido.