El pasado sábado el conocido periodista deportivo José María García realizó unas polémicas declaraciones a su saluda de la capilla ardiente de Blanca Fernández Ochoa. Aseveró que ella "no era una más", sino "la única deportista española con una medalla olímpica en esquí" y espetó que “nadie sabe lo que ha pasado esta chica, nadie. No le ha ayudado nadie. Al contrario, le han puesto trabas en su camino los dirigentes".

Pero sus punzantes palabras no se quedaron ahí. En una entrevista concedida a El Español, ha denunciado que “Blanca se ganaba la vida vendiendo chalecos eléctricos de estos para adelgazar” y que “hace poco tiempo fue a la Federación (de Deportes de Invierno) a pedir ayuda. Estaba en una situación económica dramática porque el último dinero lo había gastado en unos juicios con su exmarido… Y la Federación le dijo que no podía hacer nada. La mandan a esparragar. Y ahora ves, cuando ha pasado tan poco tiempo, le quieren poner su nombre a las calles, a las instalaciones deportivas y a todo. Te repatea y te da vergüenza. Sientes náuseas. Es incomprensible, injusto y caótico. Y esto no va a cambiar. No lo va a hacer porque los políticos ni entienden el deporte ni quieren el deporte, pero sí se sirven de él y de los deportistas”.

“Que no le dieran trabajo en la Federación no tiene explicación. ¡Qué pocas dificultades habrían tenido para buscarle trabajo a esta chica en un gimnasio! Y eso es lo que a mí me repatea. Luego ver allí a toda esta gente… Me parece que es nauseabundo”, ha añadido.

En este sentido, insistió en que la Federación era consciente de su precaria situación y que, a pesar de ello, “no ayudan absolutamente a nadie”.

José María García considera que España no sabe cuidar a sus ídolos porque “los tenemos absolutamente abandonados y dejados de la mano de Dios”, independientemente de que “sean más o menos grandes”.

Asimismo, ha denunciado las vicisitudes que tienen que afrontar los deportistas de élite -excepto los futbolistas masculinos- una vez cuelgan los enseres de sus respectivos deportes: “Hay deportistas con 45-50 años que necesitan toda la ayuda del mundo, porque por una centésima de segundo pasas de la ruina a la gloria. Ellos se han dejado todo y no están preparados para lo de después. Hay que hacer programas y dar ayudas para que entren de nuevo en la sociedad… Pero nadie quiere hablar o saber de eso”.

Por último, García hace autocrítica y pone parte del foco sobre los periodistas deportivos: “En eso [dice sobre que su nombre cayó en el olvido] hemos tenido parte de culpa los profesionales de la información. Había periodistas que no sabían ni quién era Blanca y ahora le han dedicado horas y horas. Pero bueno, desgraciadamente, así está este mundo”.