El proyecto ‘Neodimio’, a cargo de la empresa Quantum Minería SL, que está llevando a la movilización vecinal de la comarca de Campo de Montiel (Ciudad Real) a alzar la voz contra la iniciativa de explotar tierras raras en la zona trae consigo como principal actor que teje los hilos al mediático empresario Javier Merino, conocido por su versatilidad profesional al haber estado dedicado a distintos ámbitos laborales -desde la construcción hasta la minería-, pero también por haber sido principal objetivo de la crónica rosa durante años por su relación con la exmodelo Mar Flores.

Pese a que en estos días ha vuelto al centro del foco mediático por la movilización vecinal en Campo de Montiel en contra del proyecto de minería, lo cierto es que su figura no es nada desconocida. Pese a que su salto a la escena pública se dio gracias a su matrimonio con Flores, pasó a ser protagonista de multitud de titulares en la prensa generalista por sus múltiples negocios empresariales, la mayoría abocados a la ruina, uno de ellos, tumbado por la Administración pública, el que ahora ha vuelto a resucitar en la provincia castellanomanchega.

Imputado por cohecho, condenado a un año de cárcel y deudas millonarias

Pero para entender el contexto de la huella empresarial que ha ido dejando Merino en los últimos años hace falta retroceder más de una década atrás. En 2008, antes de su relación con la exmodelo, fue imputado por delito de cohecho en el caso ‘Astapa’, en el marco de corrupción en el Ayuntamiento de Estepona (Málaga) al estar imputado por presunta concesión de pagos a las arcas municipales al tener dos convenios para realizar obras de construcción en La Dalena y Loma Redonda, lo que se tradujo en un desajuste de 50 millones a favor de las empresas adjudicadas.

En 2013, cinco años después y antes de su mediático divorcio, algunas de sus compañías entraron en concurso de acreedores y se inició un proceso judicial para embargarlas. Mismo año en el que fue condenado, en paralelo, a un año de cárcel y a pagar 1,5 millones de euros por un delito de uso de información confidencial por vender acciones de la empresa Cartera Hotelera sabiendo que su precio descendería cuando se hiciera pública su venta.

Tan sólo un año después, Global Witness, una organización no gubernamental publicó un informe en tono de dura crítica sobre la actividad de la petrolera Star Petroleum en Sudán del Sur en el marco de la explotación de recursos naturales, una compañía ligada a Merino y otros empresarios españoles. Las acusaciones de la ONG fueron en la dirección de falta de ética en la ejecución, tachando así al empresario protagonista de estas líneas de ser “un hombre de negocios condenado por fraude millonario”, además de que calificó de “preocupante” la condena que pesaba sobre él de información privilegiada; un hecho que, por ende, sembró serias dudas sobre la “conducta ética” que aplicaba en sus empresas.

Cabe remarcar que, por su posición principal de gestor en esta petrolera, también en Multipetróleos o Multipromotour, Merino compró varios inmuebles y terrenos que, finalmente, también tuvieron que salir a subasta. Según reza en Hacienda, en el informe de 2023, una de estas compañías acumula una deuda de 1,2 millones a las arcas públicas.

Después de esta etapa más que turbulenta en sus negocios, llegó mayo de 2021, cuando protagonizó uno de sus momentos más controvertidos a nivel empresarial, pese a su pasado ya repasado. De este modo, hace tres años atrás, participó en la subasta de la Sala Fortuny, en pleno barrio de Chamberí, un lugar de culto de la noche madrileña donde se congregaba la élite a finales de la década de los 90 y que era el último activo del empresario tras sus previos fracasos empresariales. En la subasta salió por un valor de 23,5 millones de euros, aunque finalmente la puja se cerró con 16,5 millones. Actualmente, es un conocido restaurante italiano combinado con una coctelería. La orden judicial se produjo después de varios años liquidando su patrimonio y en el transcurso del pago de las deudas a sus acreedores.

En la lista de morosos de Hacienda

Por este compendio de casos que retratan la actividad empresarial de Javier Merino, este ha aparecido como uno de los principales protagonistas de la lista de morosos de Hacienda en los últimos años. Sin ir más lejos, ejemplo de ello, por parte del Grupo Empresarial Mena, en el que Merino actuó como promotor inmobiliario, llegó a congregar otro montante de deuda de 3,8 millones de euros.

En su defensa, Merino ha señalado en reiteradas ocasiones a los medios de comunicación que no tiene deuda alguna con Hacienda, debido a que muchas de estas entidades ya no existen, han clausurado definitivamente con dichos déficits millonarios o ha roto vínculos con las mismas. No obstante, el magnate continúa inmerso en sendos procesos judiciales.

El proyecto de minería en Campo de Montiel

Volviendo al escenario actual, Merino continúa dando de qué hablar por ser presidente de Quantum Minería, la empresa que desea operar extrayendo los minerales de las tierras raras del Campo de Montiel, razón que ha despertado el levantamiento de los vecinos de Santa Cruz de Mudela, Valdepeñas y Torrenueva a través de la iniciativa ‘Sí a la Tierra Viva’, en aras de preservar este paraje natural.

Las reclamaciones vecinales vienen sustentadas por motivos de calado, ya que la esencial del proyecto extractivo pone en riesgo la salud por motivos respiratorios, nerviosos y cardiovasculares, además del modo de vida de sus gentes. Desde ‘Sí a la Tierra Viva’, señalaron en conversaciones con ElPlural.com que el proceso está en la fase de consultas previas de un permiso de investigación minera.

Una de las últimas movilizaciones vecinales se dio el pasado 11 de junio, con una congregación de en torno a 200 personas, en la que se evaluaron los riesgos del proyecto sobre la salud pública. La voz de los tres pueblos de la provincia castellanomanchega se ha entonado alto y claro a la espera de que obtenga una respuesta contundente.

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