La Degeneración Macular Asociada a la Edad (DMAE) representa un desafío creciente en el campo de la oftalmología, afectando la visión central de millones de personas a nivel global. Solo en España, se calcula que afecta a más de 800.000 personas y es la primera causa de ceguera en las personas mayores de 65 años en los países avanzados.

LA DMAE es una enfermedad degenerativa que afecta a la mácula o zona central de la retina, que es donde se concentra la mayor sensibilidad visual. La enfermedad provoca un deterioro progresivo del epitelio pigmentario retiniano, que es la capa que recubre y nutre la retina, y de las células de la mácula, que es la zona que concentra mayor número de conos, los fotorreceptores encargados de la agudeza visual y la diferenciación de colores. Por ello, la Degeneración Macular Asociada a la Edad se traduce en una pérdida gradual de la visión central y de detalle.

Tipos de DMAE

La DMAE se divide en dos tipos de patología, que no son independientes, por lo que un paciente puede pasar de sufrir uno a estar afectado por el otro. La DMAE seca o atrófica es la más habitual, la que sufre el 85% de los afectados, y tiene una evolución lenta y progresiva. Su origen está en la acumulación de desechos, depósitos amarillentos conocidos como drusas, que atrofian la zona macular.

La DMA húmeda o exudativa es menos frecuente, pero su avance es más rápido y tiene un peor pronóstico. En esta variante, bajo la retina crece una membrana vascular originada en la aparición de nuevos vasos sanguíneos anómalos, que son muy frágiles y acaban sangrando y perdiendo líquido, lo que pone en riesgo la visión de forma muy grave.

Prevención de la DMAE

La DMAE, siendo una enfermedad con mayorprevalencia en las personas mayores, tiene varios factores de riesgo identificables. El tabaquismo se presenta como el riesgo definitivo, aumentando significativamente la probabilidad de desarrollar DMAE. Y antecedentes familiares, el colesterol alto y la presión arterial elevada también juegan un papel crucial

La prevención se centra en un estilo de vida saludable: dejar de fumar, controlar el colesterol y la tensión arterial son esenciales. “Dejar de fumar, o no empezar nunca es una forma muy importante de prevención”, nos explica la doctora Nélida Muñoz, jefa de sección de Retina en el Hospital Universitario Fundación Jiménez Díaz. “Tener una forma de vida sana reduciendo el colesterol y controlando la tensión arterial también disminuye el riesgo de padecer DMAE y ayuda a prevenir la progresión de la enfermedad”, añade.

La dieta también juega un papel fundamental en la prevención y manejo de la DMAE. “Los estudios de la evolución de degeneración macular encontraron que consumir ciertas vitaminas y minerales todo los días puede retrasar las progresión de la DMAE de etapas tempranas o intermedias hasta etapas más avanzadas”, explica la doctora. La ingesta de vitaminas y minerales específicos, como la vitamina C, E, betacaroteno, luteína, zeaxantina, zinc y cobre, ha mostrado ser eficaz en reducir en hasta un 25% el riesgo de progresión a etapas avanzadas de la DMAE. “Se sabe que personas que consumen una dieta rica en frutas y verduras, así como consumo de pescados azules tienen menor riesgo de sufrir DMAE”, añade la especialista.

Diagnóstico de la DMAE

El diagnóstico temprano es clave para un manejo efectivo de la DMAE. Se realiza mediante una exploración del fondo de ojo y técnicas de imagen avanzadas, fundamentalmente “la Tomografía de Coherencia Óptica, que es como  un scanner muy detallado de la mácula”, explica la doctora Muñoz.

Para la DMAE húmeda, el tratamiento estándar en España incluye inyecciones intravítreas de antiangiogénicos, mientras que “en Estados Unidos, ya está aprobado un tratamiento intravítreo para la DMAE seca”. Estos fármacos antiangiogénicos “regulan a la baja la producción de sustancias que son causantes de la formación de lesiones vasculares en la mácula”, y en el caso del último medicamento disponible, explica la experta de la Fundación Jiménez Díaz, “también tiene cierto componente anti-inflamatorio, ya que la inflamación juega un papel fundamental en esta enfermedad”.

El futuro del tratamiento de la DMAE se ve prometedor y todo apunta a que estarán disponibles “terapias más avanzadas”. En la actualidad, nos explica la doctora Nélida Muñoz, se están buscando “fármacos que tengan más duración de acción y permitan espaciar las inyecciones”. Además, se están llevando a cabo investigaciones sobre la terapia con células madre “para pacientes con pérdida de visión secundaria a DMAE tanto seca como húmeda”. Y hay “ensayos en fase 1 y en fase 2 con terapia génica para ambas formas de la enfermedad”, explica la experta.

“En el futuro, dispondremos de terapias más eficaces y que permitan alargar el intervalo de tratamiento, pero sobre todo terapias que prevengan la progresión a estadios tardíos, o que sean capaces de regenerar el tejido ya dañado”, detalla la doctora Muñoz.