Los restos mortales de Esther López de la Rosa, la vecina de Transpinedo (Valladolid) de 35 años cuya muerte es objeto de investigación, serán inhumados este miércoles en su localidad natal.
Cuando aún se mantienen abiertas todas las hipótesis respecto de las causas del óbito de la víctima, después de que un informe preliminar de la autopsia no descartara ninguna de las tres posibilidades barajadas, desde una paliza o una caída accidental hasta un atropello, la villa de Traspinedo dirá este miércoles su último adiós a Esther López.
La jornada se iniciará a las 12.30 horas con una misa de funeral, córpore insepulto, en la Iglesia Parroquial de San Martín de Tours para, acto seguido, proceder al traslado del féretro al cementerio de la localidad, donde los restos mortales de Esther recibirán cristiana sepultura.
El alcalde de la localidad, Javier Fernández, ha hecho un llamamiento a través de los medios de comunicación para pedir desde el Ayuntamiento el "máximo respeto a la familia y al pueblo en estos momentos de dolor y duelo".
En dicho mensaje el regidor se muestra convencido de ello y advierte de que durante este martes y el miércoles no se volverá a hacer ningún tipo de declaración porque, como así apunta, es momento de estar con la familia. "Os pido disculpas y ya una vez pasados estos días volveremos a estar disponibles y a vuestra disposición como así ha sido durante estas semanas", concluye Fernández.
La autopsia no es concluyente
La autopsia realizada en el Instituto de Medicina Legal y Ciencias Forenses de Valladolid a Esther López el pasado 12 de enero, concluye que la joven de 35 años murió por un shock hipovolémico, una hemorragia interna provocada por politraumatismo en la zona abdominal y torácica, según ha explicado Nacho Abad en Herrera en Cope.
En medio de múltiples hipótesis, los investigadores barajan tres posibles causas de la muerte: que se cayera de un lugar elevado; que alguien le diera una paliza a base de puñetazos y patadas en la zona abdominal; o que fuera golpeada por un coche cuando andaba a las tres y media de la madrugada, vestida de negro a la salida de una curva y fuera arrojada por el vehículo fuera de la cuneta.