Esta semana el Consejo de Ministros ha dado luz verde al Estatuto del Artista, un documento que ampara a quienes trabajan en una profesión tan necesaria como cualquier otra pero que, en ocasiones, ha estado abandonada. Eso ya se acabó, al menos en cierto modo, y es que el texto es la primera piedra para alcanzar el auténtico reconocimiento político -el social lo tiene- que merece un gremio que ha sido siempre importante, pero que de la pandemia a acá, ya nadie duda, es imprescindible.

ElPlural.com ha estado en el Teatro del Barrio, una de las “tablas” más famosas de Madrid y que sirve de amparo tanto a gente del mundillo de sobra conocidas como a quienes sueñan serlo algún día. Allí, en un ambiente relajado se respira en las últimos horas una mayor sensación de esperanza para que la vida sonría definitivamente -y también desde el Ejecutivo- a un trabajo que, pese a ser a veces intermitente, no descansa.

Así lo demuestran las constantes conversaciones en la ventanilla de administración, los taladros de quienes preparan el escenario y los últimos ensayos de los que se suben a él en los momentos previos a una obra. Con algunos de ellos ha hablado este medio para que valoren el texto que el pasado martes presentaba en Moncloa la vicepresidenta y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz.

El mundo del espectáculo celebra el documento

Juanma Díez, actor, creador en 2003 de la compañía de improvisación Jamming y dramaturgo de Señor B. Algunos desastres de una guerra que este viernes se estrena en este escenario califica de “maravillosa” la medida. “Cualquier cosa que ayude y favorezca la cultura es bienveni, pdaorque es un sector en el que hay mucho por hacer”, asegura. “Me parece bien que se ponga el foco en ella y se atienda sus necesidades, dado que es un ámbito que está un poco olvidado en determinadas ocasiones y aspectos”, añade.

Su homólogo Javier Ruiz de Alegría, intérprete en este caso de El hombre y el lienzo, obra que también puede verse en el emblemático teatro, asegura en la misma línea que es un “avance que hay que seguir ajustando”, aunque quede “mucho camino por recorrer”. “Nuestro trabajo es intermitente por definición, y que por primera vez haya una sensibilidad hacia él es muy importante”, desliza, apuntando la mirada a “otros lugares de Europa como Francia” donde a los artistas “tradicionalmente se les ha tenido más en cuenta”.  

“Somos un sector que puede comunicar muchas cosas por nuestra difusión y creemos que somos necesarios como cualquier otro sector, pero que tenemos alguna peculiaridad que nos hace necesitar cierta cobertura en algunos momentos porque tenemos procesos de trabajo y creativos muy largos, procesos en los que no se factura realmente”, recuerda.

Asimismo, Ruiz de Alegría se refiere a algunos de los puntos concretos del documento, como la posibilidad de que los jubilados puedan compatibilizar su pensión con otros ingresos conectados con una actividad artística: “Es muy positivo que puedan dejar de elegir entre cobrar una pensión o seguir contribuyendo desde su experiencia. Sin duda, que ahora queden más soportados por la cultura, el sector, el Gobierno y el Ministerio es uno de los grandes avances”.

La directora artística del Teatro del Barrio, Ana Belén Santiago, tampoco oculta su “alegría” con el Estatuto a la vez que pone en valor a quienes lo han hecho posible: “Creo que es consecuencia de la lucha de muchas y muchos profesionales a los que hay que estar agradecidos”.

En la dirección de sus compañeros ha hablado también de aspectos determinados como rebajar la necesidad del tiempo cotizado para poder acceder a la prestación por desempleo o, precisamente, la capacidad de conciliar jubilación con trabajo creativo: “Son medidas muy acertadas que ponen en sintonía los requisitos laborales con la naturaleza real de nuestros trabajos”.

Ella, como ojo que todo lo ve del teatro ha querido asimismo referirse a técnicos y demás operarios que, pese a no aparecer directamente en pantalla, son igualmente importantes para que la función se desarrolle y que, por fin, después de varias protestas, han visto atendidas sus reclamaciones. “Las personas que trabajan en teatros, conciertos… están restringidas a unos horarios muy concentrados en los fines de semana, lo que limita la posibilidad de tiempo real de trabajo (…) Es fundamental que estos compañeros estén también cubiertos, más si cabe después de la pandemia que, por otro lado, ha evidenciado su vulnerabilidad”, enfatiza Santiago.

Principales puntos del Estatuto del Artista

Los puntos fuertes de la norma están orientados a jubilación y desempleo. Respecto a la primera, el texto permite que las personas que se retiren, pero no por ello quieran abandonar de forma definitiva el mundo del espectáculo, puedan hacerlo.

Lo que tiene que ver con el paro, los artistas con 60 días de cotización en 18 meses podrán acceder a una prestación de desempleo por un total de 120 días. En sintonía con ello, cabe otra opción: elegir un sistema que minora a 180 días en seis años el periodo general. En función de las cotizaciones, la prestación será del 80% -cotizaciones por debajo de 61 euros- o del 100% -por encima- del IPREM, compatible en todo caso con la propiedad intelectual o de imagen.

En otro orden de cosas, aquellas artistas autónomos que tenga bajos ingresos anuales -hasta los 3.000 euros- tendrán un régimen flexible. Concretamente, en 2023 se fija una base de cotización de 526,14 euros; que se irá actualizando en los años siguientes y que supone una cuota mensual de 161 euros.

El texto se ha redactado tras el acuerdo del Ministerio de Trabajo, Cultura y Seguridad Social atendiendo las peticiones de los sindicatos CCOO, UGT, la Unión de Actores y Actrices, ConArte, la Unión de Músicos y Alma y el sindicato de guionistas.

*Este fin de semana ElPlural.com ofrecerá a sus lectores una entrevista con el dramaturgo Juanma Díez como motivo de la obra que aparece en las líneas anteriores*.