David Callejo (Madrid, 1989) es anestesista pediátrico en el Hospital Gregorio Marañón de Madrid y ha sido seleccionado por la revista Forbes como uno de los 100 mejores Influencers de 2021. Le hemos entrevistado con motivo de la publicación de 'Lo primero, la vida', (Planeta) su debut como escritor, y lanza un claro mensaje a los políticos: "No podemos dejar caer a la atención primaria".  Critica que hayamos pasado de los aplausos de las ocho de la tarde, -que agradeció pero no le convencían-, al 'sanitarios asesinos'. "Es una polarización de la opinión continua y muy peligrosa", comenta, en algunos casos alentada por políticos que han puesto "en la picota" al personal sanitario con sus declaraciones.

Aunque para él es un orgullo recibir premios como el de Forbes o ser nombrado Mejor Divulgador Médico en 2020, para él sus referencias son el hospital y los pacientes, que le han convertido en el médico que es. Lo de influencer llegó por casualidad. Se abrió una cuenta en Instagram a instancias de sus alumnos de la academia donde les preparaba para los exámenes del MIR (Médico Interno Residente) y el EIR (Enfermero Interno Residente). Allí colgaba vídeos dirigidos a estos jóvenes estudiantes con el objetivo de que afianzaran sus conocimientos. "Algunos temas eran de actualidad, como el brote de listeria que sufrimos y que podía caer en el examen". Poco a poco fue conquistando a público no sanitario y, a raíz de la pandemia, se convirtió en un referente en el ámbito de la divulgación sanitaria. 

PREGUNTA.- ¿Cómo surge este libro? 
RESPUESTA.- Hace tres años no tenía ninguna red social ni absolutamente nada y me abrí una cuenta en Instagram para subir vídeos de divulgación para mis alumnos. Al principio la mayoría de mis seguidores eran médicos, enfermeras y había un porcentaje chiquitito de personal no sanitario. Cuando estalló la pandemia y empecé a hablar del COVID, porque era el tema de la actualidad, subieron mucho los seguidores. Empecé más tarde a hablar otro tipos de temas de divulgación y de salud. En este contexto, me apetecía escribir un libro para para contar cómo veía yo la medicina.

"En medicina no todo es blanco o negro"

Creo que en esta pandemia ha habido un problema grave, los mensajes que se daban eran de blanco o negro. Encontrábamos titulares que hablaban por ejemplo de tratamientos para curar el COVID y, al mismo tiempo, otros de la variante asesina o la variante que nos va a matar. O sea, todo muy polarizado y en medicina no todo es blanco o negro. Ahí hay una escala de grises en la que nos movemos día a día y muchas veces no sabemos lo que va a pasar con los pacientes cuando ponemos distintos tratamientos.

Aunque muchas veces pensamos que los médicos somos capaces de cambiar la historia de los pacientes, los pacientes pueden cambiar nuestra historia y quería explicar cómo distintos casos de pacientes han cambiado mi vida o mi forma de ver la vida.

"Las redes sociales son una fábrica de bulos, pero también un generador rápido pra desmentirlos"

P.- ¿Qué piensas de proliferación de noticias falsas en redes sociales, especialmente en el contexto de la pandemia?
R.- Se ha demonizado muchísimo a las redes sociales por ser una fábrica de bulos y es verdad. Pero también son un generador rápido para desmentir esos bulos. Y hay algunos que están muy arraigados en la sociedad, quizá porque en el momento en que surgieron no estaban las redes sociales para desmentirlos. Muchas gente piensa que cuando a los hombres nos salen canas y se nos pone el pelo blanco, se nos va a caer menos el pelo. Es decir que los que tienen el pelo blanco no se quedan calvos. Esto es un un súper bulo. Lo que pasa es que todos los pelos se vuelven blancos y, al final, los hombres que no se han quedado calvos, tienen el pelo blanco seguro. Seguramente este tipo de bulos han permanecido durante años y años porque nadie lo ha desmentido con un gran micrófono. Las redes sociales dan micrófono a todo el mundo, para generar bulos y para divulgadores, micrófonos en muchos casos muy grandes que pueden desmentir de forma muy rápida y eficaz cuestiones falsas.

P.- Cierto, pero en la sociedad actual se lanzan bulos a través de redes sociales, en muchos casos de forma orquestada, dándole apariencia de divulgación científica. 
R.- Sí, a veces es difícil distinguir lo que es ciencia de lo que no. La pseudociencia se disfraza utilizando términos técnicos y científicos para engañarte y llevarte a una conclusión errónea. Es muy importante elegir las fuentes adecuadas para informarnos y tener una serie de divulgadores de cabecera que sean los que nos informen y nos cuenten las cosas. Por desgracia hay mucho de lo que dices, mucho trilero que nos puede engañar con buenas palabras y que en realidad lo que nos dice no tiene nada que ver con la ciencia. 

"Los divulgadores de verdad suelen lanzar mensajes en absoluto polarizados, muy centrados, en los que nada se sitúa al extremo"

P.- ¿Qué consejo le darías a una persona sin formación científica para distinguir bulos disfrazados de ciencia?
R.- Los divulgadores de verdad suelen lanzar mensajes en absoluto polarizados, muy centrados, en los que nada se sitúa al extremo, ni muy positivo ni muy negativo. Tenemos que hacer una lectura crítica de todo lo que leamos y de todo lo que veamos, intentar comprobar las cosas antes de difundir como locos, porque es verdad que esas cosas acaban haciendo daño y mucho. Hemos vivido grandes momentos en esta pandemia de gente que acaba bebiendo lejía para combatir el coronavirus.

P.- Hay que tener cuidado de estos sanadores que prometen curar el cáncer y cosas así que hacen mucho daño. 
R.- Exacto. En esas situaciones desesperadas cualquiera y me incluyo, podríamos caer en cosas así, pero es muy importante confiar en la ciencia en todo momento.

"Si me dedicara mucho a los medios de comunicación perdería información y visión"

P.- ¿Te gustaría convertirte en colaborador científico en programas de televisión dirigidos al gran público?
R.- A veces participo en algunos programas, pero estoy en esa fase en la que a mí mi trabajo como médico que me gusta y es mi prioridad absoluta. La clave de mi perfil es el tiempo que estoy en el hospital. Esto es lo más importante, que me paso el día viendo pacientes y trabajando como médico. Lo digo con mucho orgullo y muy contento. No me sentiría del todo cómodo en una televisión. Si me dedicara mucho a los medios de comunicación perdería información y visión. De momento he encontrado esta forma de hacerlo, que es a través de redes sociales y del trabajo.

"Hay una polarización de la opinión continua y muy peligrosa. No podemos dejar caer a la atención primaria"

P.- ¿Crees que corren malos tiempos para la sanidad? ¿Nos hemos olvidado de los aplausos del inicio de la pandemia?
R.- Hemos hemos pasado por desgracia de de los aplausos a las diez o a las ocho de la tarde a los 'sanitarios asesinos' que se leen en algunos centros de salud. Es una muestra de la sociedad tan polarizada que tenemos. Yo era de esos sanitarios que desde el principio no los acababa de entender. Incluso me empezaron a molestar porque sabía que lo siguiente iba a ser esto del sanitarios asesinos, sanitarios cómplices, sanitarios que no quieren trabajar y que por eso no se atiende en los centros de salud... Hay una polarización de la opinión continua y muy peligrosa. No podemos dejar caer a la atención primaria. La atención primaria está absolutamente desbordada y es algo que ya no es nuevo. Llevamos avisando desde hace dos años y hemos llegado a oír incluso declaraciones de políticos insinuando que hay gente en los centros de salud que no quiere trabajar. Es muy preocupante y supone poner en la picota al personal sanitario cuando creo que no lo merecemos. 

"Vengo de una familia humilde y con becas, esfuerzo y sacrificio, tanto por mi parte como por la de mis padres, pude acceder a una carrera como Medicina"

P.- En tu libro, aparte de contar tu experiencia en el hospital, relatas cómo te convertiste en médico gracias a la educación pública.
R.- Creo firmemente en el sistema educativo que tenemos en España. Vengo de una familia humilde y con becas, esfuerzo y sacrificio, tanto por mi parte como por la de mis padres, pude acceder a una carrera como Medicina. En países como Estados Unidos habría sido absolutamente impensable. Igual que me quejo de algunas cosas del sistema, en otras partes funciona. Cuento en el libro que en algún momento me planteé dejarlo porque la carrera se me hizo dura. El objetivo es dejar claro a estudiantes de carreras universitarias o de carreras sanitarias, que si se plantean abandonar y tirar la toalla, es algo que a todos nos ha pasado en algún momento. Así que que permanezcan tranquilos porque de verdad que merece la pena. 

P.- ¿Qué haces para no llevarte el trabajo a casa? Vivirás situaciones con enfermos complicadas y en muchos casos de vida o muerte. ¿Cómo consigues que no te afecte?
R.- No lo consigo. Por eso muchas veces los los sanitarios no somos la mejor compañía o la mejor pareja posible: Al llegar a casa, a lo mejor nuestra pareja nos cuenta los problemas de su día a día y, de forma injusta, pensamos que eso no estan problemático como un niño que se ha muerto en quirófano por un cáncer, por ejemplo. Por supuesto que nos llevamos a casa el trabajo. Es verdad que aprendes a intentar desconectar o que te afecte lo menos posible.

En un capítulo del libro cuento que cuando yo era estudiante empaticé especialmente con un paciente que finalmente falleció. Me hice la promesa no volver a hacerlo porque en ese momento sentí como si se me hubiera muerto un familiar. Semanas o meses después me di cuenta de que lo que había aprendido con ese paciente había cambiado muchos aspectos de mi vida. Fui consciente entonces de los beneficios que tiene el empatizar con los pacientes. Ellos también nos pueden ayudar. Por eso, aunque a veces te lleves el trabajo a casa y te lleves disgustos, merece la pena ser lo más empático e implicarte lo más posible con los pacientes

R.- ¿Qué sentiste cuando te dieron el premio al mejor divulgador de 2020 y entraste en la lista Forbes de los más influyentes?
R.- A nadie le disgustan los premios. El del mejor divulgador me hizo mucha ilusión porque fue una votación popular, pero también es una responsabilidad porque tienes que seguir informando bien. Lo de la lista de Forbes de las 100 personas más influyentes me llamó mucho la atención porque estaba gente que de verdad es influencer, gente que comunica de forma excelente, que se trabaja muchísimo sus vídeos y su imagen. Yo no dejo de ser un tipo que graba vídeos de sanidad con la cámara frontal del móvil cogida de la mano. Que Forbes, que es una gran revista, me considere a mí con esa metodología de trabajo como una de las 100 personas más influyentes, me parece un honor y también algo muy, muy curioso.

P.- ¿Sigues alguna serie de médicos?
R.- No he visto ninguna serie de médicos nunca. Cuando estudiaba la carrera estaba un poco saturado y tenía sensación de que necesitaba otras cosas que no fueran medicina en mi vida. Y luego, cuando empecé a trabajar como médico, pues un poco igual. Cuando me voy a entretener esa temática es lo que menos me apetece.

P.- ¿Con qué series o con qué tipo de películas te entretienes?
R.- Soy muy cinéfilo. Me gusta el cine de todo tipo y series. He visto las que yo creo que están ahora muy de moda y hemos visto todos: Juego de Tronos, Sex Education... La última que he visto es una ochentera que me ha gustado mucho, Cobra Kai, que para los que crecimos con Karate Kid, nos hace ilusión.