El Sindicato Unificado de Policía (SUP) ha exigido al Ministerio del Interior incorporar pistolas eléctricas para mejorar la seguridad de los agentes. Se trata de un arma de defensa de la que ya disponen las policías autonómicas desde 2008 y muchos de los cuerpos locales, desde 2002.

Según señala el sindicato mayoritario de policías, la incorporación de las pistolas taser "tiene amparo legal en el artículo 5.1 del Reglamento de Armas y supondría aumentar la gama de elementos con los que cuenta un policía nacional para hacer frente a un episodio violento, de acuerdo con los principios básicos de actuación de proporcionalidad, oportunidad y congruencia". Además, son herramientas muy precisas, incluso a una distancia muy corta, que incluso se puede utilizar en escenarios, como una aeronave, en los que el empleo de otras armas está prohibido.

Un arma de lesividad mínima

En una nota de prensa, el SUP explica que "las pistolas eléctricas son dispositivos de lesividad mínima que generan una incapacitación inmediata y transitoria de una persona violenta, mediante pulsos eléctricos que interfieren en el funcionamiento de sus capacidades motoras, principalmente brazos y piernas. No producen, pese a lo que por error se piensa, descargas eléctricas sino pulsos que paralizan el sistema motor del cuerpo humano. Estos pulsos eléctricos son de alto voltaje, bajo amperaje y corta duración y son similares a las señales usadas por el sistema nervioso humano, por lo que interfieren en las que mandan las fibras nerviosas. Una vez cesan esos pulsos, la persona que ha sido inmovilizada recupera el control total de sus músculos", como muestra el vídeo facilitado por el sindicato.

Uso extendido en muchos países de nuestro entorno

El uso de estas pistolas está extendido en países como Estados Unidos, Reino Unido y la mayor parte de Europa. Italia ha sido el último país de nuestro entorno en adquirirlas (3.600 unidades), según puntualiza el sindicato policial, que recuerda que lleva años reclamando que "los policías nacionales cuenten con una herramienta de trabajo que proporciona ventajas como la legalidad (amparada en normativa española), respeto a la integridad de la persona (mínima lesividad), autoconfianza para los usuarios (los agentes intervienen con mucha más seguridad al saber que disponen de un elemento incapacitante no lesivo) y carácter disuasorio (los agresores más violentos conocen la reticencia para emplear el arma de fuego pero no tendrán esa certeza en el caso de una pistola eléctrica)".

Una reivindicación más frente a los Mossos

Esta demanda forma parte del catálogo de reivindicaciones por la equiparación entre todos los cuerpos de seguridad del Estado que el sindicato de la Policía Nacional lleva años defendiendo. "Hacemos un llamamiento a la Dirección General de la Policía y al Ministerio del Interior para que agilicen la compra y distribución de pistolas eléctricas porque con este elemento de protección adicional ganan los policías nacionales y gana la sociedad", afirma la organización en su nota.