Se llamaban  Xosé Humberto Baena Alonso, José Luis Sánchez- Bravo Solla, Ramón García Sanz. Jon Paredes Manot (alias Txiki) y Ángel Otaegui Etxeberría. Los tres primeros eran militantes del FRAP (Frente Revolucionario Antifascista y Patriota), los otros dos, militantes de ETA político-militar. Fueron asesinados mientras Franco agonizaba. Sin embargo esto no impidió que fueran ejecutados. 

De nadia valieron las protestas de los abogados, la gestiones del Papa Pablo VI, la intensa presión internacional, el llamamiento del primer ministro sueco Olof Palme y las súplicas del propio hermano de Franco. Centenares de miles de personas se manifestaron por todo el mundo para intentar parar la barbarie franquista, pero esta no se detuvo.

Tras cuatro consejos de guerra sumarios celebrados en el verano de 1975, sin garantías legales y basados en pruebas inconsistentes, se les impuso la pena de muerte y el 27 de septiembre, apenas dos meses antes de la muerte del dictador, fueron fusilados en Hoyo de Manzanares (Madrid), Barcelona y Burgos por grupos de voluntarios de la Policía y la Guardia Civil,

La oleada de repulsa trascendió el Estado español y hubo una respuesta internacional sin precedentes. En España se organizaron huelgas generales ilegales, sobre todo en el País Vasco, manifestaciones y paros masivos; y diecisiete países retiraron a sus embajadores. Fuera de nuestras fronteras hubo asaltos y quemas de embajadas españolas, la más sonada la de Lisboa, ubicada en el Palacio Palhavã, Se llevaron a cabo grandes manifestaciones en ciudades como Estocolmo y París y se impulsaron demandas en organismos internacionales. El régimen franquista acabó condenado internacionalmente y marcado como lo que siempre había sido: una cruel dictadura que había sembrado la muerte, la miseria y el dolor durante casi 40 años. Respondió con un acto de adhesión en la Plaza de Oriente, donde Franco intentó desacreditar las críticas señalándolas como parte de una conspiración masónica-comunista.

Homenajes en varios puntos del país

Coincidiendo con el aniversario de estos asesinatos, se han organizado actos el próximo 27 de septiembre en varias ciudades como Madrid, Vigo, Barcelona y Valencia. En la capital hay varias iniciativas programadas para esa jornada.  A las 12:00 horas tendrá lugar en el Cementerio Civil de Ciudad Lineal una ofrenda floral frente a la tumba de Ramón García Sanz.
Ya por la tarde, a las 18:30 horas se celebraá el acto-homenaje 'La Generosidad de la Resistencia' en el Auditorio Marcelino Camacho.

"Justicia y reparación"

Desde la Plataforma Abierta 'Al Alba' recuerdan que "durante la dictadura el conjunto de la población del Estado español sufrió todo tipo de crímenes de guerra y violaciones de los derechos humanos, crímenes imprescriptibles que todavía están sin esclarecer, ni juzgar, ni reparar a las víctimas". 

Entre 1970 y 1975, insisten, la Brigada Político-Social, la Policía y la Guardia Civil asesinaron a más de 60 personas en la brutal represión de las luchas populares que se iniciaron en los años 60 con el  auge del movimiento obrero, estudiantil, cultural y vecinal que había ampliado la base social opuesta a la dictadura, particularmente entre la juventud. 

El Decreto ley 10/1975, de 26 de agosto, sobre prevención del terrorismo, conocida como Ley Antiterrorista, imponía la pena de muerte para los delitos políticos, reforzaba de nuevo la jurisdicción militar con los juicios sumarísimos, imponía las penas máximas a cualquiera que se opusiera a la dictadura y aumentaba las multas hasta los cinco millones de pesetas. Esta ley se aplicó con efectos retroactivos y, aunque fue parcialmente derogada en 1976, se mantuvo vigente hasta 1979.

"Tras la muerte de Franco se impuso el silencio y el olvido con la Ley de Amnistía de 1977 que ha permitido mantener la impunidad de todos los crímenes del franquismo y sus perpetradores hasta el día de hoy", denuncian.

"En las últimas décadas, con la lucha de las víctimas, sus familias y de organizaciones memorialistas se ha conseguido recuperar parte de la historia, pero aún queda mucho por hacer para que la verdad, la justicia y la reparación, tal y como establece el Derecho Internacional de los Derechos Humanos, sean una realidad en el Estado español. Todas las víctimas del terrorismo de Estado y del fascismo deben ser reconocidas y reparadas, sin excepción", insisten. Cabe señalar que hasta hace bien poco, ninguna de las condenas había sido anulada oficialmente. Recientemente, se la logrado, tras tras décadas de lucha de su familia y el apoyo de Amnistía Internacional, la anulación de la condena a muerte de Xosé Humberto Baena, uno aquellos cinco fusilados.

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