En ocasiones, las grandes historias del arte no suceden en los museos, sino en los portales de un edificio cualquiera. Así ocurrió con Naturaleza muerta con guitarra, un pequeño pero valioso cuadro de Pablo Picasso, que debía ser trasladado desde un inmueble de la avenida Pío XII, en Madrid, hasta una exposición en Granada. La empresa de transportes encargada del envío nunca llegó a cargar la obra: la dejó olvidada en el portal.
Durante días, el cuadro —valorado en 600.000 euros— reposó en el salón de una vecina que, sin saberlo, había guardado en su casa un Picasso. Creyó que era un paquete extraviado hasta que una noticia en la televisión le hizo sospechar. Solo entonces abrió la caja, descubrió el error y dio aviso a la policía, cerrando así una de las desapariciones más sorprendentes del arte reciente
El origen de la desaparición
El cuadro de Pablo Picasso desaparecido se trataba de Naturaleza muerta con guitarra (1919), una obra que se empaquetó el 25 de septiembre en Madrid y se dirigía, junto a otras obras, al Centro Cultural CajaGranada para pertenecer a una exposición Bodegón que tenía comienzo el 6 de octubre.
La empresa de transporte que llevaba las obras, entre las que se encontraba supuestamente el cuadro del pintor malagueño, realizaron la entrega mediante video vigilancia al centro cultural el 3 de octubre. El centro, al recibir una entrega que superaba las 50 piezas de arte que no estaban debidamente enumeradas, decidieron retrasar el desembalaje y llevar a cabo un proceso más lento en el que realizaban las determinadas comprobaciones y firmaban las cartas de porte. Siendo así, no fue hasta el 6 de octubre que desembalando por primera vez las obras se percataron de la ausencia de una de las obras.
La denuncia a las autoridades
Tras haber comprobado que dicha obra era Naturaleza muerta con guitarra, el 10 de octubre se presentó la denuncia por parte de Caja Granada Fundación de la desaparición de la obra de Picasso que no había llegado junto a las 56 obras que le acompañaban desde Madrid. La policía en ese instante comenzó la operativa de búsqueda para averiguar el punto exacto en el que la obra desapareció. Momentos mas tarde, el cuadro ya aparecía registrado en la base de datos internacional sobre objetos de arte robados o desaparecidos de la Interpol.
Mientras el resto del mundo se encontraba preocupado por el reciente robo que tuvo lugar en el Louvre sobre las joyas pertenecientes a la colección de Napoleón, en España también interesaba conocer el paradero del cuadro de Picasso que levaba días desaparecido. Habían pasado 10 días desde que se notificó la ausencia de la obra y todavía no había rastro de ella. La policía encargada del caso explicó que la principal cuestión de la investigación era conocer el momento exacto en el que desapareció la pieza.
La autora del secuestro
Tras confirmarse por la policía que la obra no había abandonado la capital madrileña, ya que fuentes cercanas a la investigación confirmaron que la pieza no llegó a salir del inmueble en el que se encontraba, una vecina del edificio de ese mismo inmueble admitió que el cuadro de Picasso de encontraba en su casa.
La mujer que vive en un edificio de la avenida Pío XII ha alegado que recogió un paquete que se encontró en el portal creyendo que era un pedido suyo. La vecina había confesado que días mas tarde, al enterarse de la desaparición de la obra, optó por desembalar el paquete y se llevó la sorpresa de que tenía en su casa la famosa obra desaparecida.
Actualmente se están realizando los determinados estudios para asegurar que el cuadro es la obra secuestrada, aún así, a primera vista todo a punta que se trata del original.
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