El Slime está de moda. Al igual que hace año y medio el Spinner hacía furor entre los más pequeños, esta masa viscosa que recuerda al Blandiblú de hace 30 años es ahora la que enloquece a los niños.

Los hay de todos los colores y texturas: Fluffy (esponjoso), Crunchy (crujiente), … Estos términos, extraños para algunos, resultan más que familiares para quienes tienen hijos de entre 5 y 12 años.

No es extrañar, por tanto, que el slime esté en muchas de las cartas que estos días se envían a Papa Noel y los Reyes Magos.

Sin embargo, es importante recordar los peligros que entraña y que han llevado a muchos colegios a prohibirlo.

Altos niveles de boro

Hace unos meses, la OCU advirtió de la toxicidad de algunos slimes. Analizó diez de ellos y encontró niveles de boro (bórax) muy por encima de los considerados seguros.

Con motivo de las Navidades, una revista británica analizó también algunos de los productos en el mercado. CambridgeshireLive comprobó que muchos de ellos no cumplen la normativa y multiplican hasta por tres y por cuatro los límites establecidos (300 mg / kg).

El boro es una sustancia clasificada en Europa como tóxica y peligrosa que puede provocar irritación y quemaduras en la piel y los ojos, además de síntomas gatrointestinales graves si se ingiere.  Para evitar intoxicaciones, se recomienda que los niños no coman o beban mientras juegan.  

Pero, además, la exposición a niveles muy altos de borato de sodio puede afectar también a la fertilidad e, incluso, puede llegar a producir daños en el feto en mujeres embarazadas.

Es difícil entender por qué hay marcas CE que sugieren que el producto es seguro cuando no lo es. Según recoge la publicación inglesa, esto se debe a que “se deja a los fabricantes auto-certificar la seguridad de sus productos”.  

Ojo con las mezclas caseras

Manosear y estirar el slime entretiene durante horas a los niños, pero hay algo todavía más divertido. Hacerlo. En la web hay cientos de vídeos sobre cómo conseguir la mejor mezcla y no hay youtuber infantil que se precie que no cuente con grabaciones sobre esta pasta. Hay, por tanto, más de un niño/a que ha incluido entre sus peticiones para estas navidades grandes botes de cola, ingrediente fundamental para el preparado, junto al detergente.

Sin embargo, lo que los pequeños y muchos de los progenitores ignoran son los peligros que puede entrañar esta combinación.

Fuentes consultadas por este periódico advierten de que “estos ingredientes no están pensados para este fin”. En este sentido alertan de que “la cola puede contener disolventes volátiles tóxicos, que se inhalan pudiendo alterar el sistema nervioso, y el detergente, sustancias abrasivas”. Este tipo de productos en continuo contacto con la piel no es difícil que provoquen irritación.  

“No se puede dejar al albedrío de un niño la mezcla de colas de las que ignoran la composición y las cantidades que pueden resultar seguras”, insisten.

Todo esto, sin contar con las mezclas que llevan boro (bórax). En distintos países se han registrado casos de quemaduras en las manos provocadas por esta sustancia. El más alarmante, el que contó una madre de Manchester a través de su cuenta de Facebook. Su hija necesitó cirugía estética en las manos.

Opciones alternativas

Las advertencias sobre los peligros del slime han provocado una ola de fórmulas alternativas más seguras. Un ejemplo son los preparados a base de maicena, y colorantes alimentarios o pasta de dientes, aunque hay niños que confiesan que los resultados no son tan exitosos.