Según señala el medio holandés Nos, el Gobierno del país ha retirado alrededor de 600.000 mascarillas compradas en China por resultar ser defectuosas y poner en riesgo a los trabajdores sanitarios.

Cabe destacar que el estado holandés compró más de un millón de mascarillas FFP2, de las cuales, la mitad han sido retiradas ya que no cumplían los requisitos mínimos de seguridad. Además, las mascarillas no se ajustaban bien a la cara y las membranas que las conformaban no funcionaban bien.

Asimismo, el medio europeo destaca las palabras de la responsable del hospital que rechazó el material: "Cuando nos las entregaron en el hospital, las rechacé inmediatamente. Si las máscarillas no se fijan correctamente, las partículas del virus pueden pasar perfectamente. No las hemos usado. No es seguro para nuestro personal".

Por otra parte, un portavoz del Hospital Catharina en Eindhoven ha destacado lo complicado que está siendo la labor de compra de material en una crisis tal como la que estamos padeciendo: "Hay mucha basura en el mercado. Hay personas que intentan aprovecharse de la crisis actual, a precios altos".