Cada temporada invernal, estaciones de esquí y zonas de montaña se llenan de aficionados dispuestos a disfrutar del frío y la nieve practicando deportes como el esquí, el snowboard, las raquetas o incluso el patinaje sobre hielo. La nieve tiene un magnetismo especial, que combina paisaje, ejercicio físico y adrenalina. Sin embargo, su práctica conlleva también una serie de riesgos que conviene conocer para poder prevenirlos y evitar complicaciones que podrían aguar la temporada.
Lejos de la visión exclusivamente recreativa, los especialistas médicos alertan sobre el aumento de lesiones durante los meses de invierno asociadas a este tipo de actividades. Las estadísticas de traumatología muestran cada año un repunte de casos en consultas y urgencias hospitalarias por caídas, fracturas, luxaciones o daños musculares. Y aunque muchos de estos accidentes son evitables, se siguen repitiendo por causas conocidas: falta de preparación, equipamiento inadecuado y sobreestimación de las propias capacidades.
Por eso, si se quiere disfrutar de los deportes de invierno sin riesgos innecesarios, el enfoque debe ser integral: preparación previa, conocimiento de la técnica, uso correcto del material, protección del cuerpo frente al frío y atención a los síntomas. Es la receta para prevenir lesiones, disfrutar más de la experiencia y alargar la temporada sin contratiempos.
Preparación física: la base para bajar a la pista con garantías
Un aspecto fundamental que a menudo se subestima es la preparación física previa al inicio de la temporada. El cuerpo necesita adaptarse progresivamente al esfuerzo que implican los deportes de invierno, que no solo requieren resistencia cardiorrespiratoria, sino también fuerza muscular, agilidad y una buena propiocepción para responder a los imprevistos del terreno.
"Es fundamental calentar antes de iniciar la actividad deportiva para preparar al cuerpo", recuerda la Dra. María Ángeles Gómez Bermejo, jefa del Servicio de Cirugía Ortopédica y Traumatología del Hospital Universitario Infanta Elena de Madrid. Este consejo se vuelve especialmente importante en personas que no han mantenido actividad física regular durante el otoño o que inician la temporada con un nivel físico bajo.
Por eso, los especialistas recomiendan realizar entrenamientos previos que incluyan ejercicios de fuerza y estabilidad, centrados en los grupos musculares más implicados en este tipo de deportes: piernas, abdomen, espalda y brazos. Invertir unas semanas antes en mejorar el tono muscular, la coordinación y el equilibrio puede marcar la diferencia entre una jornada segura o una visita a urgencias.
Técnica, material y protección: no son secundarios
El aprendizaje de la técnica y el correcto uso del equipamiento son otros pilares esenciales. En muchas ocasiones, las lesiones se producen no por la dificultad del deporte en sí, sino por desconocimiento de las bases o por material inadecuado o mal ajustado. "Muchos accidentes se producen por falta de experiencia o desconocimiento del material", afirma la Dra. María Brotat Rodríguez, especialista en la Unidad de Hombro y Codo del mismo hospital.
La elección de las botas, fijaciones, protecciones y cascos debe adaptarse al nivel y características físicas del deportista. El mantenimiento del material también influye: unas fijaciones mal calibradas o unas botas inadecuadas pueden aumentar el riesgo de lesión. Además, las protecciones deben estar homologadas y en buen estado, especialmente en el caso de los niños y los practicantes de snowboard.
"Las caídas accidentales pueden provocar luxaciones y fracturas en extremidades superiores e inferiores, así como en la columna vertebral", añade la doctora Brotat, recordando que no solo se trata de golpes leves o moratones, sino de lesiones de gravedad que requieren atención médica urgente y que pueden tener secuelas a largo plazo.
Lesiones frecuentes en deportes de invierno: qué, por qué y cómo evitarlas
No todos los deportes de invierno implican los mismos riesgos ni afectan a las mismas zonas del cuerpo. "Las lesiones más frecuentes en los deportes de invierno afectan principalmente a la rodilla en esquiadores, y a la muñeca y el hombro en los que practican snowboard. [...] Los principiantes, que se lesionan en el primer día de práctica, los que hacen snowboard y los varones jóvenes son los grupos más propensos a sufrir lesiones", explica la Dra. Gómez Bermejo.
La práctica del snowboard, en particular, presenta un perfil de riesgo distinto al esquí. Mientras que en el esquí las torceduras de rodilla o las roturas de menisco son comunes, en el snowboard predominan las caídas sobre los brazos y hombros. La Dra. Brotat detalla que "las lesiones en el hombro y la muñeca son frecuentes en la práctica de deportes de invierno debido a caídas y movimientos bruscos".
En el caso del hombro, el uso de bastones o las maniobras en el aire propias del snowboard pueden provocar inflamación del manguito rotador, una estructura fundamental para el movimiento del brazo. Por su parte, entre las lesiones más comunes de la muñeca y mano destaca el denominado "pulgar del esquiador", que implica la rotura del ligamento colateral medial del pulgar, y también "la fractura del snowboarder, que afecta al hueso astrágalo del tobillo, son dos de las patologías más comunes", según Brotat.
El doctor Amando Macera, especialista del Servicio de Cirugía Ortopédica y Traumatología en la Unidad de Pie y Tobillo, apunta también a las lesiones de rodilla como un problema recurrente: "Un giro brusco o una torsión inesperada pueden provocar desde una simple contusión hasta lesiones graves como la rotura del ligamento cruzado anterior o lesiones meniscales". Y no todo depende del terreno: el calzado influye. "Las botas demasiado ajustadas pueden generar tensión muscular y dolor, mientras que unas demasiado anchas aumentan el riesgo de esguinces".
Recomendaciones para todos los niveles: principiantes, aficionados y expertos
Disfrutar de la nieve con seguridad está al alcance de todos si se siguen unas pautas básicas que, aunque conocidas, siguen sin aplicarse con regularidad. El especialista en Medicina del Deporte Sergio Díaz Blanco resume las claves para minimizar el riesgo de accidentes en seis consejos fundamentales: "Recibir clases en escuelas profesionales, aprender técnicas de caída segura para evitar impactos mayores, realizar un entrenamiento específico antes del inicio de la temporada, usar casco y protecciones adecuadas, mantener el equipo en buen estado y ajustado al nivel del deportista, y evitar el consumo de alcohol y drogas, que afectan la capacidad de reacción".
El aprendizaje progresivo, la supervisión profesional y el realismo en la elección de recorridos son igualmente importantes, sobre todo en niños o personas que se inician en estas disciplinas. La confianza excesiva es uno de los factores de riesgo más comunes entre esquiadores con cierta experiencia que subestiman las condiciones de la pista o su propio cansancio.
Más allá de la actividad: cuidado de la recuperación, del frío y del medio ambiente
La seguridad en los deportes de invierno no termina con la actividad física. El cuidado posterior, la protección frente al frío y la conciencia medioambiental completan una experiencia saludable y sostenible. El descanso es clave para permitir la regeneración muscular y evitar sobrecargas. Alternar días de actividad con jornadas de recuperación, estiramientos y buena hidratación forma parte de una buena planificación.
Además, hay que tener en cuenta los efectos del frío extremo sobre el organismo. Las bajas temperaturas pueden provocar congelaciones, deshidratación o agravamiento de enfermedades respiratorias. La ropa térmica adecuada, en capas, junto al uso de cremas protectoras y gafas de sol con filtro UV ayudan a proteger piel y mucosas.
Por último, no hay que olvidar que los entornos de montaña son ecosistemas frágiles. Practicar deportes de invierno de forma responsable implica también respetar las zonas protegidas, evitar dejar residuos y seguir las indicaciones de las estaciones y autoridades locales. Disfrutar de la naturaleza es compatible con cuidarla.