La cirugía robótica ha supuesto una auténtica revolución dentro de los quirófanos. Precisa y eficaz, permite realizar intervenciones mínimamente invasivas, con las ventajas que esto implica para el paciente.

En la Fundación Jiménez Díaz de Madrid hace años que apostaron por este sistema y cada vez son más los procedimientos que se incluyen en este programa.

El Servicio de Urología fue el primero en comenzar a emplearlo en casos de cáncer de próstata y vejiga y los resultados de las intervenciones llevadas a cabo han sido excelentes, sobre todo, la prostatectomía radical robótica y la cistectomía radical robótica con derivación urinaria intracorpórea.

Tal es así, que el sistema ha comenzado a emplearse en cirugía renal con similar éxito. “Se han llevado a cabo los primeros casos de pieloplastias robóticas y nefrectomías parciales”, señala el Dr. Ramiro Cabello, jefe asociado del departamento.

En las primeras “hemos podido solucionar la obstrucción que a nivel de la unión pieloureteral se produce del flujo de orina desde el riñón al uréter”, explica este especialista, que añade que en la segunda han extirpado un tumor renal preservando la función de la parte sana del parénquima. Siempre que sea técnicamente posible, se debe utilizar esta cirugía para el abordaje del tumor renal, de manera que se pueda extirpar la neoplasia del riñón conservando la mayor parte del parénquima sano.

Mayor precisión, mejor recuperación

Abordar este tipo de patologías mediante el sistema robótico conlleva importantes beneficios. “Se simplifican y mejoran la precisión de la sutura y los procedimientos reconstructivos”, enfatiza este urólogo. “Frente a la cirugía laparoscópica convencional, la robótica simplifica los pasos quirúrgicos”, apunta.

Dr. Ramiro Cabello

La cirugía es mínimamente invasiva, lo que se traduce en menor tiempo de ingreso y convalecencia del paciente. 

Da Vinci Xi

La clave del éxito de estos procedimientos está en Da Vinci Xi, un robot formado por tres componentes: la consola quirúrgica, el carro del paciente y la torre de visión.

La consola transforma el movimiento de las manos del cirujano en impulsos que son canalizados a los cuatro brazos robóticos, de manera que se elimina por completo el temblor de la mano y permite libertad de movimiento de los instrumentos quirúrgicos, lo que "facilita la disección, hemostasia y sutura". 

Asimismo, la visión del campo quirúrgico es mucho mejor, ya que el sistema facilita una visión en 3D que permite ver con claridad y precisión todos los detalles anatómicos.

El robot tiene, además, un láser de posicionamiento, que optimiza la posición de los brazos robóticos según la intervención seleccionada. “Permite una cirugía multicuadrante, es decir, efectuar intervenciones más complejas sobre órganos ubicados en cuadrantes diferentes, sin modificar la posición del robot y del paciente”, detalla.

A esto hay que añadir que incorpora el sistema FireFly, un filtro de luz que permite visualizar en tiempo real imágenes de alta resolución del flujo vascular y microvascular de los tejidos.

Por otro lado, la colocación de los puertos es más sencilla y rápida que en los modelos anteriores del sistema, lo que permite formar y entrenar a través de un simulador virtual y dispone de máquinas grapadoras articuladas con control robotizado.

Todas estas ventajas añadidas permiten “acceder de forma más fácil a regiones anatómicas de difícil acceso”, recalca el Dr. Cabello.

Xi Da Vinci

Cada vez más procedimientos

 Dados los excelentes resultados obtenidos desde que el equipo de este especialista, junto al Dr. Juan Ignacio Monzó, comenzó a emplear este sistema, y teniendo en cuenta que la patología renal es muy común, se prevé que cada vez sean más los procedimientos que se lleven a cabo mediante este tipo de abordaje. De hecho, se calcula que unas 60 intervenciones de las que ejecuta este departamento al año podrían realizarse de este modo.

“En aquellos casos complejos, en los que de otra forma se plantearía la cirugía abierta, podremos valorar y ofrecer la realización del procedimiento robótico, añadiendo así las ventajas de la cirugía mínimamente invasiva a los resultados satisfactorios obtenidos en la intervención”, celebra el Dr. Cabello.

En este sentido avanza que ya está previsto utilizarla en linfadenectomías retroperitoneales, en cirugía reconstructiva ureteral y en la de prolapso de órganos pélvicos.