España tiene un problema con el agua. Uno que va más allá de la cíclica imagen de los embalses medio llenos; o medio vacíos, aquí la perspectiva cambia poco. Un problema que trasciende los estragos del campo que suelen copar las portadas e informativos a golpe de tractorada. España tiene un problema recurrente con el agua en sus ciudades, una situación que solo ocupa titulares cuando la situación es crítica, como ha ocurrido en Cataluña en este 2024. Y que puede ir a más, según denuncia un extenso informe publicado este jueves.
España vive una paradoja porque ha aprendido a usar mejor su agua, pero cada vez hay menos agua disponible. Actualmente, en España se consumen cada año 28,4 miles de hectómetros cúbicos y el 78% de ellos (22 mil hectómetros cúbicos) van destinados a la agricultura. Eso explica que el foco sobre la escasez de agua se suela poner en el campo y no en la segunda fuente de consumo, que es el uso urbano y que acapara 4,8 mil hectómetros cúbicos, el 17% del total y muy por delante del 4% que se destina a la industria (1,2 mil hectómetros cúbicos).
Sequías cíclicas en España
Aún quedan en el recuerdo los estragos de la gran sequía de la década de los 90, cuando los embalses españoles bajaron del 15% y se produjeron cortes de agua que marcaron el imaginario colectivo. Desde entonces, España ha vivido otras dos grandes sequías: a finales de la primera década del siglo XXI, que dejó la imagen de las Tablas de Daimiel secas y devoradas por un incendio subterráneo de su turba y la sequía de 2017 que secó varios embalses por la falta de lluvias.
Sin embargo, España ha cambiado mucho en los últimos 20 años,y el consumo de agua se ha reducido un 1% anual en todos los usos. Una buena noticia que se fundamenta en cuatro pilares: la mejora de las infraestructuras de captación y transporte; la modernización de los sistemas de regadío; la concienciación de los ciudadanos sobre el uso doméstico y las mejores prácticas industriales. Y, aún así, España vuelve a vivir una sequía desde el año 2022, que ha causado estragos, especialmente, en Cataluña.
El informe “Déficit de inversiones en el ciclo urbano del agua en España”, presentado este jueves en Madrid, apunta a tres causas claras del déficit hídrico en España: la emergencia climática, que produce una reducción de las precipitaciones y un aumento de las temperaturas; la caída de la inversión en el ciclo urbano del agua desde la crisis económica de 2008-2012; y la gran diferencia en las pérdidas de agua que se dan entre las regiones, en función del diverso envejecimiento de sus infraestructuras.
Déficit de 5.000 millones en inversiones
El extenso documento, que analiza en detalle la situación del ciclo urbano del agua, está realizado en colaboración por la consultora PwC y la Asociación de Gestores Urbanos del Agua (AGUA) y ha puesto cifras a la inversión necesaria para “expandir, renovar y mejorar la infraestructura” del agua en las ciudades. 6.200 millones de euros anuales de los que, en la actualidad, solo se cubren 1.200 millones, provocando un déficit de 5.000 millones.
Una cifra propuesta no solo para mejorar la situación actual del ciclo urbano del agua, sino también para afrontar los desafíos venideros, como son el avance del cambio climático, el riesgo de desertificación de España o las grandes diferencias entre regiones, como se ha visto con las grandes sequías y embalses vacíos que se han sufrido especialmente en la zona Mediterránea o en la cuenca del Guadalquivir.
Los 6.200 millones de euros planteados por el informe se desglosan en varias partidas específicas. 2.600 millones serían solo para cumplir con las mejoras de las infraestructuras que contemplan los actuales planes hidrológicos y otros 2.600 millones para renovar los activos existentes. 550 millones son necesarios para la creación de nueva infraestructura que no contemplan los Planes Hidrológicos y 450 millones se requieren en la adaptación de activos de depuración acorde a lo que marca la nueva legislación de la Unión Europea.
Hilario Albarracín, presidente de AGUA; Victoria Arnau, periodista y presentadora de Antena3 Noticias; y Santiago Otero, socio de estrategia de PwC
Nuevas partidas y tarifas unificadas
Un desafío financiero para el que el PERTE de digitalización del agua -que incluye una inversión de 3.400 millones de euros de fondos europeos Next Generation- y el Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia del Gobierno de España se quedan cortos, según señala el informe, que propone varias vías diferentes de alcanzar los recursos necesarios a través de la colaboración entre el sector público y el privado.
Una de las medidas sería la inclusión de partidas específicas en las tarifas del agua para abordar el déficit de inversión. Una iniciativa que se desarrollaría a través de una metodología nacional para la estimación de tarifas que refleje los costos reales de operación, mantenimiento y renovación de infraestructuras. Al incluir partidas específicas dentro de las tarifas del agua, se garantizaría que una porción de los ingresos se destine directamente a la mejora y renovación de las infraestructuras hídricas, asegurando una financiación más estable y predecible.
Además, se propone flexibilizar el modelo concesional y crear un Fondo Nacional del Agua para facilitar la inversión privada y financiar proyectos en áreas con dificultades para obtener financiamiento convencional.
Los beneficios esperados incluyen una mejora en la financiación de las infraestructuras, una mayor uniformidad en las tarifas entre municipios, y el incentivo a la inversión privada en el sector, aliviando la carga sobre las finanzas públicas. La implementación de estas medidas iría más allá de la citada metodología nacional, y requeriría también la aprobación legislativa y una campaña de comunicación y educación para explicar a los usuarios finales los cambios tarifarios y los beneficios asociados.
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