Valencia está luchando contra casi un kilómetro de toallitas húmedas que han atascado el colector norte de la ciudad. Alrededor de 5.000 toneladas de residuos sólidos están formando un tapón que puede derivar en graves daños en el alcantarillado.

La reparación del colector asciende a más de 2.000.000 de euros que saldrán de las arcas públicas.

El Ayuntamiento valenciano ha comunicado que ya ha gastado 8.000.000 de euros en lo que llevamos de año y prevé que haya que invertir 16.000.000 más para solucionar de manera efectiva el problema.

El impacto medioambiental de una acción tan simple como tirar una toallita al inodoro es incalculable. Y genera graves consecuencias en la economía de un país.

Vicent Sarriá, concejal del Ciclo Integral del Agua, alertaba a los valencianos sobre la composición de las toallitas que son de fibra sintética textil, por lo que no son biodegradables y no pasan por los filtros. Además, una vez en las tuberías aumentan de tamaño provocando obstrucciones de, en este caso, casi un kilómetro de largo. Pide a los vecinos que actúen de manera responsable para evitar males mayores.

Pala paliar este problema, el Ayuntamiento de Valencia va a poner en marcha una nueva campaña de concienciación y mantendrá su normativa que prohíbe tirar toallitas al váter con multas de hasta 300 euros.

Las empresas españolas del agua y el papel también han decidido poner en marcha soluciones reales. Han constituido un grupo de trabajo en la Asociación Española de Normalización (UNE) que elaborará los nuevos criterios obligatorios que debe cumplir un producto que sea susceptible de ser desechado por el retrete.