El calor y la violencia van de la mano. Está demostrado que las temperaturas extremas guardan relación directa con el aumento de las agresiones de todo tipo, desde peleas más agresivas a asesinatos machistas y, todo ello, bajo un escenario en el que las llamadas a los teléfonos de Emergencias también suben considerablemente: cerca de mil (910) personas más llamarán cada en el mes de julio a número como el 092 de la Policía Municipal o el 016 contra la violencia machista. Asimismo, la Policía Nacional recibe también 240 llamadas cada día desde Madrid.
Esta escalada de violencia viene confirmada por expertos y estudios que coinciden en que las olas de calor se traducen en un ascenso de la violencia. Basta con que los termómetros suban un grado para que la situación se aprecie en casa y en la calla. Los datos de la última semana en términos, por ejemplo, de violencia contra las mujeres, son indicativo de ello: cinco asesinaos machistas en las últimas 48 horas y un mes, el de junio, que por el momento, es el más mortífero del año para las mujeres.
Se trata de una relación que los expertos no se sacan de la manga, sino que se repite año tras año. Así las cosas, el curso pasado por estas fechas se contabilizaron cerca de la mitad de los asesinatos machistas de los 365 días: 20 de 48 entre junio, julio y agosto o, lo que es lo mismo, un 42%, según datos del Ministerio de Igualdad.
En 2023, la situación fue incluso peor. En aquel caso en los cuatro meses de verano tuvieron lugar más de la mitad de los asesinatos de mujeres con los que se cerraría el año. Las llamadas al 016, mientras tanto, suben casi un 10% en época estival atendiendo a datos de la Delegación del Gobierno.
Los estudios publicados hasta el momento van en esta línea, aunque hay que retroceder un poco en el tiempo para encontrar el que, seguramente, sea el más completo. Lo realizó en 2018 un equipo de investigadores del Instituto Carlos III y aparece recogido este viernes en El País.
Este equipo analizó los 23 asesinatos hacia mujeres que se produjeron en la capital entre mayo y septiembre y sus conclusiones no han lugar a dudas. Publicadas en la revista Science of the Total Environment fueron que, por cada grado que aumenta la temperatura por encima de los 34º, asciende casi un 30% el riesgo de agresión machista.
Si se refiere a ola de calor, el riesgo aumenta de manera progresiva cada día. El orden cronológico de esos días es que, la primera jornada aumentan las llamadas al 016, el tercero las denuncias en comisaría y el quinto culmina con asesinatos machistas. Cuando una ola de calor termina, el riesgo de que las formas de violencia contra una mujer deriven en asesinato suben a un 40%.
Más datos en esta línea
En paralelo, los datos de llamadas, comisarías y hospitales se mueven en la misma sintonía: el de un ascenso en los niveles de violencia que no se quedan en el hogar. Así las cosas, en los próximos tres meses se vislumbran más discusiones de tráfico, más tensión en el transporte público y más broncas callejeras.
Eso sí, no es que la gente se vuelva más violenta de un día para otro ni que el calor sea el único causante de ello. Los expertos coinciden en que las temperaturas extremas agravan una situación marcada por el sistema en sí mismo; es decir, que la climatología afecta más, por ejemplo, a quienes viven en pisos pequeños y compartidos que a quienes disfrutan de jardín y piscina.
Con todos los ingredientes encima de la mesa, los números son resultado de otros datos como que en el transcurso del verano las salidas aumentan en un 15%. Samur atendió a un centenar de personas por peleas callejeras hace ahora un año, pero subieron los trasladaos a los hospitales.
A sabiendas del escenario que se vislumbra, en la capital entre julio y agosto, el teléfono 092 de la Policía Municipal refuerza su plantilla al otro lado de la línea y el 091 de la Policía Nacional recibe 240 llamadas más cada día desde el centro del país. En este sentido, el Ministerio del Interior confirma que en verano se producen más detenciones por lesiones que en otro momento del año, cuando las mismas disputas terminarían en delitos leves por alteración del orden.
