El pasado fin de semana tuvo lugar una agresión a un pasajero negro del metro por no llevar bien puesta la mascarilla. Sucedió en Valencia, cuando dos guardias de seguridad comenzaron amonestando a un hombre guineano por no llevar bien puesta la mascarilla y acabaron reduciéndole a la fuerza. Un pasajero del mismo vagón grabó toda la escena y la subió a Twitter:

Tras este suceso, el joven ha acudido este jueves a la Fiscalía acompañado por dos miembros de la CEAR (Comisión Española de Ayuda al Refugiado) para aportar su visión de los hechos. Desde Som Xarxa, movimiento antirracista valenciano, han hecho públicas las declaraciones del chico guineano, que asegura haber sido atacado dos veces por distintos trabajadores de seguridad que siempre se han dirigido únicamente a él cuando había más viajeros con la mascarilla directamente bajada.

Susana Gisbert, fiscal delegada de delitos de odio de Valencia, ya ha informado de que se empezarán los procesos legales necesarios para aclarar la situación, siempre teniendo en cuenta que se puede tratar de un delito de odio. FGV (Ferrocarrils de la Generalitat Valenciana) ya abrió un expediente por la misma razón.

Y es que, tal y como informa un usuario (cuyo testimonio, al igual que el vídeo del suceso, ha sido publicado en Twitter por el periodista Miquel Ramos) la situación comenzó con una conversación en el que el personal del metro increpó al chico negro y, tal y como publica, "después de un rato con los insultos se suponía que la cosa se había calmado ahí es cuando el señor de seguridad se lanza a cogerle el cuello".

Alternativa Sindical, el sindicato profesional de seguridad privada, ya publicó hace unos días un comunicado en el que niegan la agresión gratuita y alegan que fue el chico de origen africano el que provocó el forcejeo y la posterior reducción. Continúan aclarando que "la obligación de los viajeros, sea de la raza que sea, que en las diferentes infraestructuras críticas y establecimientos donde no se puede mantener la distancia de seguridad es obligatorio el uso de mascarilla, y además estas instalaciones que son objeto de su custodia los usuarios tienen la obligación legal de atender a las órdenes y recomendaciones de los agentes tal y como establece la Ley 31/2015 de Seguridad Privada". Además, ensalzan "la difícil labor de todo el colectivo que en esta difícil situación se enfrenta a pasajeros como este, que sin ningún tipo de consideración se saltan las normas y ponen en riesgo a todas las personas de su alrededor".

El colectivo Uhuru ha organizado una concentración en apoyo al joven, con la que no sólo quieren mostrar su desacuerdo por una situación injusta, sino que quieren visibilizar todas las agresiones racistas que se producen en España. Piden además que la Generalitat se persone como acusación en el caso, que se juzgará el 20 de julio. Los vigilantes de seguridad, por su parte, también han presentado acciones legales contra el joven por lesiones producidas por el joven hacia ellos durante el incidente.