La violencia contra las mujeres muestra su peor cara de muchas maneras, demasiadas, y puede que una de las más instauradas o quizás que se ven día a día sea el acoso callejero. Un comentario, un gesto o una actitud es suficiente para denotar que ésta es una realidad lejos de desaparecer. En el caso de España, siete de cada diez mujeres, el 77%, lo han sufrido al menos una vez.
Así se desprende del estudio internacional de L'Oréal París con IPSOS, realizado entre diciembre de 2023 y principios del 2024 a 20.000 encuestados de 20 países, incluyendo España. Está enmarcado dentro del programa 'Stand Up contra el acoso callejero', en colaboración con la ONG 'Right To Be' y con la Fundación Mujeres en España.
Dicho estudio da cuenta de que el 75% de las mujeres a nivel global han sufrido diversas formas de acoso callejero en espacios públicos al menos una vez, pero en España este porcentaje crece al 77%. Para el 52% de los encuestados, a veces se culpa a las mujeres de situaciones de acoso callejero debido a sus actitudes, comportamiento o aspecto (55% hombres, 50% mujeres). En España, este dato desciende hasta el 28%.
El acoso callejero, en todas sus formas
De la misma manera, el 47% de las mujeres -48% en España- han experimentado de manera personal comentarios o bromas de contenido sexual o intrusivas sobre su aspecto, vestimenta, anatomía o apariencia en un espacio público. Para evitar este tipo de situaciones, el 60% de ellas adapta su vestimenta o apariencia en espacios públicos, un 38% en España.
Además, en España el 86% de las mujeres menores de 35 años consideran que el acoso callejero afecta negativamente sus vidas, influyendo en su salud mental (60%), vida social (58%), trayectos diarios (49%) y elecciones de vestimenta (39%).
Por otro lado, el 88% de los encuestados a nivel internacional consideran que intervenir en una situación de acoso callejero en un lugar público conlleva el riesgo de que el acosador reaccione de manera violenta contra ellos. Un aspecto de mayor peligro para las mujeres mayores de 50 años, donde el porcentaje se eleva al 93%. Mientras, el 80% de las personas en España que han decidido intervenir en una situación de acoso afirman que su acción contribuyó a mejorar la situación. "Este dato subraya la importancia de empoderar a la sociedad con herramientas eficaces para responder de forma segura y efectiva ante el acoso callejero", apunta L'Oréal París.
Otras formas de violencia contra las mujeres
Lo cierto es que, por desgracia, el acoso callejero no es la única forma de violencia machista instaurada en lo más profundo de las sociedades actuales, sino que se da en otros ámbitos cotidianos. Sin dejar de situar el foco en los crímenes por violencia de género, que en 2025 es una lacra que ya se ha cobrado la vida de siete mujeres en España, cabe reiterar otras realidades acuciantes.
Por un lado, desde el ámbito laboral, la brecha salarial y desigualdad económica es otra de las variantes de esta violencia, ya contemplada en la renovación del Pacto de Estado contra la Violencia de Género. Según desprendió el IX Informe ‘Brecha salarial, suelo pegajoso y techo de cristal’ realizado por los técnicos de Hacienda (Gestha), las mujeres perciben 5.000 euros anuales menos que los hombres, es decir, un 23,9% de diferencia.
En este sentido, las cifras hablan por sí solas: mientras las mujeres cobran una media de 21.298 euros, los hombres perciben un salario medio de 26.390 euros. Para estrechar la brecha, el informe de Hacienda sitúa en un plazo de 23 años lo que tardaría en equilibrarse dicha realidad.
Desde otro punto de vista, las redes sociales también son una plataforma donde la violencia, en forma de comentarios y acoso desde el plano digital en vez del callejero, también está a la orden del día. El Instituto de las Mujeres, del Ministerio de Igualdad, en su estudio de ‘Autopercepción de la imagen de las mujeres en los nuevos entornos digitales’ , concluyó que el 72,2% de las mujeres, casi tres de cada cuatro, son objetivo de comentarios sobre su físico o de índole sexual no deseados en redes sociales. Ejemplo de ello son las mujeres jóvenes de entre 18 y 24 años, que son las que se ven más afectadas por esta cruda realidad, aunque la frecuencia de estos comentarios se concentra más en los 25 y 30 años.
