La NASA consiguió que Rajoy atravesara todas las capas celestiales y se posara suavemente en La Moncloa sin romperla ni mancharla. Su virginidad intelectual permaneció incólume. Bajó de la nave y comenzó a hacer su historia: hundan la sanidad y la educación, pero suban el IVA para mejorar la sanidad y la educación. Sólo Wert conseguiría practicar la contradicción. Organicen el empleo para conseguir parados. Que Mato ayude a los enfermos exigiéndoles dinero y excluyendo a los inmigrantes. Que inviten a millones a los bancos a costa de los desahucios y de aportaciones europeas porque juré que no les beneficiaría en nada. Que les suban los chuchesss a los niños para prevenir diabetes. Y así todo, hasta conseguir darle la vuelta a la vida.
Rajoy llegó a una lúcida conclusión: Había vivido desde que nació fuera de la realidad. Se daba cuenta ahora. Como Pons, María Dolores-Presidenta-Cospedal, como Floriano surgido de su propia nada, como Ana nacida de la gürtel sin conocer a la gürtel. Por eso se opuso a todo lo que se opuso. Por eso dijo que haría lo que nunca haría.
La culpa no era de Rajoy, virgen y mártir, sino de los españoles empeñados en vivir por encima de sus posibilidades. Una caña los domingos, quince días de vacaciones en el pueblo, una pulmonía curada, dos dormitorios-baño-cocina a pagar durante treinta años…Todos habían vivido por encima de sus posibilidades. El, desde fuera de la realidad, no se había dado cuenta porque sólo bajaba para cobrar su plaza de registrador. Decía a todo que NO porque ignoraba lo que significaba. Ahora le han enseñado a decir SI a Merkel, a Bruselas, al FMI, al BCE porque tampoco sabe su contenido.
¿Cómo pudieron los españoles votar a alguien que estaba fuera de la realidad? A lo mejor votamos a un OVNI y huele a azufre, y destruye las retinas con su luz y no vuelve a crecer la hierba donde aterriza.
Me dan miedo los objetos voladores no identificados.
Rafael Fernando Navarro es filósofo
Blog de Rafael Fernando Navarro