Señora Santamaría, es “compatible” que su jefa de filas desempeñara de forma paralela los cargos de “secretaria general“, “presidenta regional del PP“, “abogada del Estado” y “senadora“, con más de 200.000 euros anuales, cuando la media de los “indignados” no llega a “mileurista”.
La Mancha de Cospedal ha cambiado la “Ilusión del Quijote” por la “ínsula Barataria” de Sancho. La “tijera aznariana” tiene nueva tela que cortar. A los recortes de Camps y Varcárcel se suma la tijera legítima de “hiperempleada”. La dieta de adelgazamiento anunciada por la popular, deja en riesgo de anemia a la democracia manchega.
Entre los anuncios de la recién bautizada, cabe señalar, entre otros los siguientes:
- Supresión de la figura del defensor del pueblo, con el golpe que ello supone al Estado de Derecho español.
- Supresión de la Comisión Regional de la Competencia y el Consejo Económico y Social.
- Intención de privatizar Radio Televisión de Castilla La Mancha (Rtvcm)
- Intención de contener incialmente el desarrollo de las infraestructuras.
- Reducción de “forma sustancial” las subvenciones destinadas a los partidos políticos, a los grupos parlamentarios y a las organizaciones sindicales y patronales.
- Reducción de 52 a 30 Direcciones Generales.
Desde la crítica, nos preguntamos:
¿Dónde están los recortes a las arcas eclesiásticas?
¿Por qué los recortes de ZP eran medidas de “parcheo” y los suyos son la receta “que sacarán a Castilla de la crisis”?
¿Qué medidas concretas tiene intención para que los manchegos recuperen la alegría en sus bolsillos?
La ausencia de diálogo en el dictamen y anuncio de las medidas marca la senda y cambio de ciclo político marcado por Cospedal. Desde el PSOE CL-M en declaraciones a Europa Press, estamos ante un “recorte a los orgamismos de control al gobierno” y un “retroceso democrático“.
Desde la indignación, y poniendo sobre la mesa el conglomerado 15-m, la figura de Cospedal personaliza por su “incuestionado régimen de compatibilidades” y su “sueldo abombado de 200.000 euros”, aquel eslogan pegado en la pared de una calle transitada de Madrid, que con letras escritas a bolígrafo rojo y papel agrietado decía: ”¡basta de falacia, queremos democracia”.
Abel Ros es autor del blog "El rincón de la crítica"