Viene esta antología sobre las afirmaciones de Rajoy a cuento por unas declaraciones del presidente de honor de su partido, José María Aznar, a la cadena COPE en las que ha asegurado que “presentar a Rubalcaba como ejemplo de futuro es masoquismo”. Y alguien que se atreve a semejante aseveración es que tiene el convencimiento íntimo de que el “otro”, el candidato designado en su día por él y que se enfrentará al todavía ministro de Interior socialista es un dechado de modernidad y de sabia nueva que ilusionará al país.
Mucho me temo que el presidente honorífico -¿sólo?- de Rajoy anda un poco despistado por sus múltiples ocupaciones lucrativas, o no, y no recuerda a buen seguro la larga trayectoria política de su prohijado. Con una simple consulta a Wikipedia podría haberse informado que desde 1986, cuando fue designado vicepresidente de la Xunta gallega, hasta hoy, ha sido ministro de Administraciones Públicas, de Interior, de Educación y Cultura, de la Presidencia y, por último, vicepresidente primero del gobierno de España, amén de ser actualmente secretario general del Partido Popular y presidente del mismo.
Rubalcaba, que sólo es cuatro años mayor que Rajoy, desempeñó, sin embargo, su primer cargo público de relevancia dos años más tarde que este último -el de vicepresidente de la Xunta-, puesto que no fue hasta 1988 cuando fue designado secretario de Estado de Educación en el segundo gobierno de Felipe González.
Quizás lo que ocurra -sería otra posibilidad- es que el concepto de masoquismo no lo tenga claro el ex presidente Aznar. Le pondré un didáctico ejemplo. Masoquismo fue aguantarle a él durante ocho años ejerciendo de mamporrero -quien ayuda a alguien en una tarea moralmente repugnante- de Bush, creando las burbujas del ladrillo y del crédito, regalando a sus amiguetes las joyas de la corona con Pizarro al frente de Endesa, Villalonga de Telefónica o González del BBVA, en definitiva, masoquismo es aguantarle a él, todavía, resistiéndose a acudir al psiquiátrico y gozando de una inmerecida libertad por haber sido cooperador necesario de la invasión de un país y de la masacre de su población.
Tan sólo me resta pedir disculpas por mis últimas expresiones, pero este hombre me saca de mis casillas. Perdón.
Gerardo Rivas Rico es Licenciado en Ciencias Económicas