El Ayuntamiento de Madrid ha anunciado otra reforma más a la Puerta del Sol. A este paso no habrá Puerta del Sol que cien años dure, ni calle sin zanjas, ni subsuelos revueltos. Por eso y antes de que comience el tronar de excavadoras propongo hacer un alto en el camino para hablarles de unos recuerdos muy singulares. Los proyectos urbanísticos de la Puerta del Sol, que nunca llegaron a término.
 

Puerta del Sol 1

De haberse aprobado el proyecto de Manuel Muñoz Monasterio en 1933, la Puerta del Sol se uniría con la de Jacinto Benavente y estaría presidida por sendos rascacielos. (Fuente: http://urban-networks.blogspot.com/)

En sus orígenes, la Puerta del Sol era un lugar suburbial, un entorno del que, a decir verdad, ningún gobernante se había preocupado en exceso. El crecimiento de Madrid en tiempos de Felipe II adentró la plaza en la urbe y apenas un siglo después aparecen las primeras noticias atascos.

A los coches de caballos se le sumó el jaleo propio de la Inclusa, de la iglesia del Buen Suceso y del convento de Felipe el Real. Para llegado el siglo siguiente colapsarse con el edificio de Correos, el de Gobernación y parada de diligencias, carruajes postales y los primeros tranvías tirados por mulas y caballos. En resumen casi 4.000 carruajes y unas 1400 caballerías circulando en hora punta en la Puerta del Sol de 1857.

Puerta del Sol 2

Una de las Puertas del Sol que no se llegaron nunca construir fue esta, presentada en 1855 por Fernando Hamal y Eduardo Oliver Manby incluyendo un edificio para la Bolsa y la Junta de Comercio. (Fuente: http://puertadelsol.memoriademadrid.es/)

Con semejante caos, la reforma se volvió inevitable y haciendo caso a lo que ya había dicho el el marqués viudo de Pontejos, se determinó ensanchar la plaza perdiendo algunas manzanas colindantes y alguna calle como la de la Duda y Cofreros.

En esa mitad del siglo XIX se crea una comisión especial para dar inicio a las obras, y aunque tanto la comisión como el ministerio de fomento aprobaron el proyecto de Juan Bautista Peyronet, este nunca se vio hecho.

La razón era sencilla, la plaza rectangular de 6.000 metros cuadrados era una ampliación demasiado pequeña e insuficiente ante tanto tumulto. Quedó por tanto Peyronet descartado y con él los rivales como Mariano Albo, José Antonio Font o Hamal y Manby quien llegó a decir del proyecto aprobado que convertiría a Madrid en “un pueblo poco menos que inhabitable”.

Con el cambio de gobierno, de O´Donell a Narvaez se cambió también al arquitecto, y entró en juego el urbanista Lucio del Valle.

En octubre de 1857 comienzan los derribos llevándose por delante, edificios como el café de Levante, (donde cantaba la Zarzamora entre palmas y alegrías). Aun así con el proyecto firmado y media plaza derribada siguieron apareciendo proyectos, ampliaciones, protestas…

Puerta del Sol 3

Solo en 1862 tendría la Puerta del Sol más o menos el aspecto actual

Pero no acaban aquí las cosas, ya que en 1919 la llegada del Metro a Madrid hace que Sol se convierta en el corazón del suburbano, y que de nuevo surgen proyectos. Plazas como las de Manuel Muñoz Monasterio en 1933 hubiesen dejado Madrid sin su famoso reloj de las uvas y otras, como la propuesta por Antonio Palacios también tirarían por tierra la mayoría de edificios que hoy conocemos para añadirle rascacielos, arcos del triunfo, esfinges e incluso dos grandes torres con capacidad para 20 consulados.

Con tanto mareo de proyectos, reformas, ampliaciones e inventos, uno no sabe si el problema está en la plaza o en no sabernos estar quietos.
 

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La reforma que proponía Antonio Palacios hubiese sido su gran obra, pero hubiese destrozado por completo la plaza que hoy conocemos.