Hay varios motivos por los que el olvido devora a los personajes de la historia, el primero, y más evidente, el desapego de las generaciones siguientes, en segundo lugar un nombre confuso que incluso puede haber sido suplantado por otro personaje y el menos frecuente de todos, haber sido espía o tener un oficio en vida que implicase pasar tan inadvertido que luego los historiadores se las vean y deseen para poder reconstruir esa biografía.

Pues bien, todas esas cosas le pasaron al bueno de Pedro Texeira Albernaz, uno de los mejores cartógrafos del siglo XVII, con una aventura apasionante, pero su recuerdo se ha ido difuminando de la historia.

Su nombre coincide con el de dos viajeros que en Persia y en el Amazonas dejaron su huella, haciendo que alguna vez sus biografías se hayan confundido, y como ahora veremos se le añade el más que probable oficio de espía, cuyo reconocimiento en vida es totalmente incompatible con la fama. Un reconocimiento que realmente por su esfuerzo merece.

El cartógrafo Pedro Teixeira tiene la mala suerte de haber sido eclipsado por otro personaje ilustre con su mismo nombre y apellido

El cartógrafo Pedro Teixeira tiene la mala suerte de haber sido eclipsado por otro personaje ilustre con su mismo nombre y apellido

El linaje de los Texeira o Teixeira (cuando aún estaban afincados en Portugal) habría que buscarlo en Juan Teixeira (canciller mayor del reino) de quien nació Luis Teixeira 1564-1622 (padre de nuestro protagonista).

Este Luis alcanzó el cargo de cosmógrafo mayor del reino. Junto con otro gran cosmógrafo y cartógrafo portugues Joao-Baptista Lavanha, creó el Atlas de 1612 para Emanuele Filiberto de Saboya. Un atlas que sería determinante para la familia. Para empezar, porque demostraba las conexiones entre los Teixeira y Lavanha, un cartógrafo este último, formado en Roma, lo cual le permitió ser uno de los mejores (si no el mejor) geógrafo de toda la península Ibérica. Por otro lado la conexión con este noble (primo del rey Felipe III) nos da algunas pistas de Pedro Texeira, nuestro protagonista.

Las primeras noticias de Pedro Texeira surgen en el mapa que se hizo en 1619 a raíz del viaje de los marineros pontevedreses Bartolomé y Gonzalo Nodal. Se suponía que ambos habían descubierto el estrecho de San Vicente (hoy conocido como estrecho de Le Maire) y en el mapa que plasmaron su viaje aparecían como firmantes Pedro y su hermano Joao (también cartógrafo para la Casa do India).

La cartografía estaba estrechamente unida al mundo militar y por lo tanto a los secretos de estado. Mapa del estrecho de San Vicente hecho por Pedro y Joao Texeira

La cartografía estaba estrechamente unida al mundo militar y por lo tanto a los secretos de estado. Mapa del estrecho de San Vicente hecho por Pedro y Joao Texeira

Es más que probable que ambos se hubiesen formado con el ya citado Joao-Baptista Lavanha y de hecho Pedro tendrá proyectos en común con el en la década siguiente. Sin embargo otro dato no tan conocido es que en 1621 sus conocimientos sobre el mar eran lo suficientemente buenos como para que Emanuele Filiberto de Saboya le nombrase no solo ayudante de cámara sino también corsario.

Poco se sabe de esta etapa, pero como el propio Pedro reconoció en un memorial, estuvo implicado el hundimiento de varios barcos ¿el motivo?, sigue siendo un secreto.

La cartografía y el espionaje implicaba a veces conocer a fondo al enemigo, adentrarse en sus filas, posicionar en el mejor enclave las fortalezas, las murallas o las tropas, por lo cual no es raro que en 1625 el militar Pedro Pacheco pidiese a Texeira una vista de Cádiz con la que mejorar su defensa.

Y así vemos como este cartógrafo no paró. Recibió junto con Lavanha el encargo de realizar un mapa de Portugal, pero al mismo tiempo le encontramos en Fuenterrabía, en Málaga, Madrid, o en el Rosellón. Distintas ubicaciones siempre en pos de mejorar la defensa de los territorios. Tanto es así que en 1636 fue nombrado ingeniero militar.

La meticulosidad con la que representó la frontera con Francia hace ver el interés del gobierno por fortalecer los límites del mayor enemigo en ese momento, eso si, siempre con sigilo y secreto. La prueba evidente es que en el año 1651 se informa de uno de los pagos a Pedro Texeira “por el gasto de las láminas que se han de abrir por vía de los dichos gastos secretos”.

Mapa del paso pirenaico de Valcarlos realizado por Texeira con un claro interés militar para contener a Francia

Mapa del paso pirenaico de Valcarlos realizado por Texeira con un claro interés militar para contener a Francia.

Aunque si por algo es conocido es por el mapa que hizo de Madrid en 1656, trasladado al grabado por Salomón Savery y editado en Amberes por Jan y Jacob van Veerle. Una descripción gráfica de la capital española con tal detalle que historiadores del siglo XIX se percataron que las casas que aún sobrevivían habían sido por Texeira hasta con el número exacto de ventanas.

Otros grandes mapas no corrieron la misma suerte y se perdieron para siempre en el incendio del Alcázar de Madrid, pero por el contrario también han aparecido mapas suyos como el llamado Atlas del rey Planeta, encontrado providencialmente por Fernando Marías y Felipe Pereda en la Biblioteca de Viena.

Un personaje que murió en 1662 sin haber logrado nunca el añorado título de ayudante de cámara del rey y cuyas pertenencias inventariadas a su muerte se acabarían perdiendo “dos docenas de libros de cosmografía, matemática y otros tratados” “dos compases reglas y otros instrumentos para matemática y cosmografía”. ¿Cuánto más nos queda por saber de él? Cualquiera sabe los mapas que en secreto realizaría Pedro Texeira y que en secreto seguirán estando en algún lugar del mundo.

Detalle del mapa que realizó de Madrid en 1656 en el que se aprecia el convento de San Martín donde Texeira fue enterrado para más tarde perderse sus restos para siempre

Detalle del mapa que realizó de Madrid en 1656 en el que se aprecia el convento de San Martín donde Texeira fue enterrado para más tarde perderse sus restos para siempre.