Recientemente se publicaba el libro Espectros de La Movida, una obra en la que su autor, el periodista Víctor Lenore, desmitifica, no sin cierta polémica, lo que supuso La Movida madrileña de los 80.

Sin embargo y como en Regreso al Futuro 1980 nos parece una fecha muy reciente nos remontamos varios siglos atrás para conocer otra Movida madrileña, la de la década de 1580.
¿Pero es que hubo otra Movida madrileña? Por supuesto con músicos, poetas y artistas de todo pelaje. Para conocerla tendríamos que ahondar en la investigación que hizo el crítico literario José Fernández-Montesinos.

Este autor, perteneciente a la generación del 27 y gran experto en la historia de la literatura, se percató de que varios artistas del siglo XVI podían englobarse en una misma corriente, es lo que él llamó la generación de 1580.

Generación del 27

Uno de los miembros de la generación del 27, José Fernández-Montesinos, descubrió que los poetas que su generación más veneraba formaron lo que se podría haber llamado "La Movida madrileña de 1580"

Como Fernández-Montesinos falleció en 1972 no llegó a conocer a la otra generación que en la década de 1980 espoleó las calles madrileñas, pero seguramente y dadas las concomitancias entre unos y otros… hubiese llamado a la corriente que descubrió como La Movida madrileña de 1580.

A mediados del siglo XVI, vinieron al mundo una serie de figuras que se convertirían en los personajes más relevantes del Siglo de Oro, baste citar nombres como Lope de Vega, Góngora o Pedro de Guzmán… para saber del nivel artístico del que hablamos, pero quizá lo interesante es saber que todos ellos fueron veinteañeros en la década de 1580 y que el lugar de sus andanzas fue Madrid.

Grabado con un espectáculo en el Madrid del siglo XVI

El Madrid de 1580 no estaba lleno de discotecas, pero era una fiesta permanente con todo tipo de celebraciones.

Góngora, por ejemplo, que nació cuatrocientos años antes que el guitarrista de Nacha Pop, Nacho García Vega, también fue aficionado a la guitarra y a la vihuela, según Baltasar Gracián en alguna ocasión llegó a cantar sus propios versos e incluso por esos años 80 fue amonestado por vivir “muy como mozo”, ser trasnochador, tratar con “trúhanes” y hacer “coplas profanas”, es decir, ser letrista de los músicos de ese momento.

Pero no fue el único literato que de joven triunfó en la música. El escritor Vicente Espinel, que vino al mundo justo cuatro siglos antes que Camarón de la Isla, fue considerado en la década de los 80 como “buen cantor de canto llano” e incluso revolucionó la música añadiéndole una sexta cuerda a la guitarra.

Vicente Espinel

Vicente Espinel en su juventud fue frecuentador de lupanares y tabernas, lo que no impidió que revolucionase la métrica y la música de su época. (Fuente: http://dbe.rah.es)

El escándalo era también otra seña de identidad de esta generación y si nos fijamos en Lope de Vega vemos como su conducta juvenil es tachada continuamente de tan licenciosa, díscola y desordenada que acabó cumpliendo destierro en Valencia. Un enclave que se terminaría convirtiendo en otro foco cultural en la década siguiente con academias de ociosos como la de Los Nocturnos, y que por lo tanto nos pillarían más lejos de La Movida madrileña, pero no tan distantes en paralelismos a la Ruta del Bakalao.

Retrato de Lope de Vega

Posible retrato juvenil de Lope de Vega, hecho por el pintor Francisco Pacheco. Actualmente se encuentra en la Fundación Lázaro Galdiano.

Curiosamente también a la generación de 1580 se le podrían achacar las mismas críticas que ahora se les hace a algunos de los protagonistas de La Movida madrileña, como por ejemplo formar parte del establishment del momento.

El caso de Lope, aunque no es el único, es quizá el más que evidente. De joven fue denunciado por conducta inmoral y en la madurez presumía de ser familiar del Santo Oficio, es decir una especie de agente secreto de la Inquisición.

Similitudes que saltan a la vista con celebridades fáciles de recordar que en 1980 deseaban tan sólo (y según su propio testimonio) “follar tranquilos y vivir en libertad" y pasados los años están en un sinvivir deseando “una cruzada por España y por su liberación para aplastar al enemigo”.

Quizá lo único que pasaba antes y ocurre en nuestros días, es que como se decía en el siglo XVI, sólo cuando el diablo se harta de carne es cuando se hace fraile.