En 1975 las Naciones Unidas declararon el 8 de marzo como “Día Internacional de la Mujer”, sin embargo, décadas antes, en 1911, Alemania, Austria, Dinamarca y Suiza homenajearon la lucha feminista un 19 de marzo, y un 8 de marzo, pero de 1910, España proclamó el acceso de las mujeres a la universidad.
Después de tantos siglos de esfuerzo, los logros feministas son tan numerosos que incluso hoy, 7 de marzo, también es buena ocasión para rendirles homenaje. En este caso a una mujer fascinante y desde luego clave en la historia de España.

Juana de Vega, una mujer imprescindible en la historia de España

Juana de Vega, una mujer imprescindible en la historia de España

Hablamos de Juana de Vega, una coruñesa que hoy hubiese cumplido 216 años y cuyo protagonismo se extiende por todos los ámbitos sociedad, como activista política, como benefactora en la sanidad, como mecenas de las artes, como impulsora de la industria y la agricultura y por si fuera poco con detalles biográficos tan del gusto romántico que la convertirían en la protagonista ideal de la mejor novela de amor.
La historia comienza en Galicia, donde José Antonio de Vega, un comerciante de productos en salazón  conoció a Josefa Martínez Losada. Ambos eran de origen humilde, pero triunfaron con los negocios en la Habana. Además de su carrera comercial, José Antonio de Vega era un comprometido liberal y aunque en la guerra de la Independencia luchó por España, al regreso de Fernando VII fue represaliado. Esto le valió varios exilios que vivió muy de cerca su hija, Juana de Vega. Una niña que a pesar de los exilios recibió más alta educación.
Consciente de la política y con una formación de altura a los 16 años Juana se terminó casando con el guerrillero Francisco Espoz y Mina. El matrimonio absolutamente desigual en edades (él ya había cumplido los cuarenta) se vio imbuido de toda la mentalidad romántica, de hecho, en sus memorias Juana afirma que el mayor sacrificio que hizo Espoz y Mina por España fue separarse de ella cada vez que tenía que rendir con sus obligaciones militares.

El corazón de Espoz y Mina reposa para siempre junto con su amada Juana de Vega, pues por expreso deseo de esta dama el órgano del guerrillero fue extraído al cadáver para ser sepultado esta tumba

El corazón de Espoz y Mina reposa para siempre junto con su amada Juana de Vega, pues por expreso deseo de esta dama el órgano del guerrillero fue extraído al cadáver para ser sepultado esta tumba.

Por lo tanto, nos encontramos con una adolescente metida de lleno en la política liberal del siglo XIX, si por si esto fuera poco, a los exilios que había vivido su padre se sumaron entonces los de su marido, que harán que el matrimonio se desplace a Londres en 1824.
El papel de Juana fue clave en ese momento, puesto que su amplia formación en idiomas se hizo indispensable para la lucha contra el absolutismo. Tanto fue así, que a la muerte de su esposo, los liberales le concedieron el título de Condesa de Espoz y Mina. Cargo al que se añadirá el de 1854 el de duquesa de la Caridad (con Grandeza de España) un título concedido por luchar contra la epidemia de cólera del año 1853.

Juana de Vega no tuvo descendencia y todo su patrimonio formó parte de una asociación cultural que sigue en vigor en nuestros días recordando su memoria
Juana de Vega no tuvo descendencia y todo su patrimonio formó parte de una asociación cultural que sigue en vigor en nuestros días recordando su memoria.

Curiosamente, Juana no llegó a aceptar ese título de duquesa, ni la escultura que se le quiso levantar, pues pensaba que todo ese tipo de homenajes debían dedicarse al “pan y trabajo” para mejorar la sociedad.
Las lecciones que dio con el ejemplo se repiten a lo largo de su vida, apoyando a jóvenes artistas como el violinista Pablo Sarasate, del que fue mecenas desde que este era un niño.
Su lucha en favor de la libertad de culto, pidiendo el indulto para dos protestantes condenados a prisión en 1862, e incluso fue referencia para dos gallegas ilustres, Concepción Arenal y Rosalía de Castro que vieron en esta mujer todo un ejemplo a seguir.
La creación del hospital psiquiátrico de Compostela, el impuso de la Cruz Roja en Galicia e incluso la escuela de agricultura, que continúa mediante su fundación vigente en nuestros días, son algunos de los tantos méritos con los que podía ser recordada Juana de Vega, una mujer poco amiga de los homenajes pero de inolvidable recuerdo, pues su ejemplo demuestra cómo la sociedad mejora gracias a personas (y en concreto mujeres) como ella.
Obras como el hospital de Conjo no hubiesen sido posibles sin la ayuda de Juana de Vega

Obras como el hospital de Conjo no hubiesen sido posibles sin la ayuda de Juana de Vega