Yolanda Díaz ha cumplido su palabra. La reforma laboral está lista para ser aprobada en Consejo de Ministros el próximo 28 de diciembre. Un acuerdo histórico, pues es la primera vez que se modifica el marco de relaciones laborales con el beneplácito de Gobierno, sindicatos y patronal. La vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo ha valorado positivamente el trabajo realizado por los integrantes de la mesa de diálogo y los técnicos. Además, ha reconocido que pese a que el proyecto cuenta con el visto bueno de la CEOE, es un articulado muy “ambicioso” que implica cambios de calado y mejorará las condiciones de vida de los trabajadores y trabajadoras del país.

“Es un acuerdo histórico. Estoy muy orgullosa de mi país”, ha admitido durante una entrevista en la Cadena SER, donde ha asegurado que no se trata de una reforma descafeinada: “Cuando ustedes conozcan el texto observarán que no se trata de un retoque. Ya solo la reforma completa de la temporalidad… Los contratos van a ser estables y la restricción a la temporalidad va a ser muy dura. Es un cambio de paradigma junto con el reequilibrio de la negociación colectiva”.

Díaz, sobre quién ha cedido: “En las negociaciones, uno escucha al contrario, aprende y modula. Es la esencia del diálogo social”

La dirigente morada ha insistido en que se trata de un proyecto de “calado” que modifica las relaciones laborales: “Hemos estado nueve meses intensísimos trabajando. No es menos ambiciosa. He dicho siempre que iba a trabajar de la mano del diálogo social. Habiendo diálogo social nuestro país es un ejemplo”. La ministra ha explicado que, desde un principio quería lograr un acuerdo a tres; destacando que se ha conseguido cumpliendo todos y cada uno de los puntos del programa de investidura de PSOE con Unidas Podemos y el Componente 23 que el Ejecutivo remitió a Europa. “Es la reforma que presentamos y va a mejorar las condiciones de vida de los trabajadores y trabajadoras”, ha apostillado.

¿Quién ha decido?

Preguntada por si alguna de las pares ha cedido más de lo previsto, Díaz ha respondido que se trata de una reforma “equilibrada” y, una vez más, ha agradecido a los equipos negociadores su trabajo: “Fueron nueve meses y en esa mesa no se hace más que trabajo técnico. Etuvo medida cada palabra, cada coma. Estamos agotados, pero ha merecido la pena. Llevamos días sin dormir y con una intensidad de trabajo brutal”.

Sobre si el que ha claudicado ha sido el Gobierno al rubricar un acuerdo de mínimos que no toca los aspectos más lesivos de la reforma laboral del PP, la ministra ha reconocido que “en las negociaciones, uno escucha al contrario, aprende y modula. Es la esencia del diálogo social”.

Pese a las lecturas que se están realizando por parte de algunos medios y agentes, Díaz ha asegurado que le constan reticencias de algunos sectores de la patronal, pero “he de ser discreta”. En este sentido, ha subrayado el rol desempeñado por el presidente de la CEOE, Antonio Garamendi: “Ha sido determinante”.

Por último, ha admitido que no se trata de una derogación técnicamente: “No fue un error [hablar de derogación]. Lo he dicho siempre. En mi primera entrevista como ministra fui clara. La reforma laboral es de una enorme profundidad. Y he dicho que técnicamente no podía ser derogada. No puedo dictar una norma diciendo ‘derogo este Real Decreto’ porque dejaría sin colchón jurídico a los trabajadores. Políticamente claro que se puede derogar”.