Una semana después de que la DANA azotara con total crueldad a la provincia de Valencia y algunos puntos de la geografía española, como Andalucía o Castilla-La Mancha, las primeras responsabilidades políticas empiezan a depurarse. 

La gestión de un gobierno que mandó tarde las alertas a la población, que desoyó las advertencias de la Agencia Estatal de Meteorología o que, hablando rápido y sencillo, mintió al pueblo valenciano, inicia ya su carrera judicial. De hecho, este mismo lunes el partido Iustitia Europea ya presentaba la primera querella contra el presidente valenciano del Partido Popular, Carlos Mazón, por omisión del deber de socorro y dejar a los valencianos y valencianas en una situación de extrema vulnerabilidad

Solo con escuchar un par de testimonios de los vecinos afectados se puede conocer la manera en la que el gobierno popular en la Comunidad Valenciana ha fallado notablemente en la gestión de la crisis. Muchos de ellos denuncian que la alerta les llegara al móvil cuando ya tenían el agua por el cuello. Otros acusan al equipo de Mazón de no decir la verdad, después de que en una comparecencia ante los medios, quisiera quitar hierro al asunto señalando que el temporal se iba a desplazar hacia la Serranía de Cuenca. 

Y es que no solo estos testimonios reflejan la falta de compromiso, el error y el no saber estar a la altura de las circunstancias del gobierno de Mazón, sino que, por desgracia, no es la primera vez que la Comunidad Valenciana sufre los efectos de una DANA por estas fechas y, por ende, existen referencias de otro tipo de gestiones ante estas catástrofes humanas. 

Hace cinco años, entre el 12 y el 14 de septiembre de 2019, un temporal arrasó principalmente la provincia de Alicante y Murcia, llevándose por delante la vida de seis personas, con hasta 4.000 personas incomunicadas, 80 carreteras cortadas, cientos de miles de hectáreas de cultivo arrasadas y 25 municipios con fuertes daños en infraestructuras. Entre otras cosas, esta gota fría provocó también el desbordamiento del río Segura en la comarca de la Vega Baja y precipitaciones que superaron en algunas zonas los 600 litros por metro cuadrado. 

Las diferencias en la gestión

Pese a que las consecuencias y las víctimas mortales han sido mucho mayores en la DANA del pasado 29 de octubre, la gestión de estas tiene notables diferencias. Uno de los fallos más señalados del gobierno de Mazón fue que las alertas llegaron tarde, cuando los pueblos ya estaban completamente inundados y la gente trataba de aferrarse a cualquier objeto para evitar ser arrastrada por la corriente. En la DANA de 2019, cuando en la Comunidad Valenciana gobernaba el PSPV-PSOE, bajo la presidencia de Ximo Puig, todavía no se habían desarrollado sistemas como el de Es-Alert, pero varios dirigentes autonómicos alertaron a la población del elevado riesgo que tenía el temporal y animaron a informarse a través de canales oficiales. Ejemplo de ello fueron los boletines de RNE que pidieron precaución y avisaron de la situación: “La población debe saber que no deben coger el coche y mucha precaución para moverse”.

Otro de los aspectos sobre los que la gestión de la Generalitat actual ha brillado por su ausencia ha sido en la protección de la comunidad estudiantil y educativa. El lunes previo a que la DANA llegara, el Comité de Emergencias de la Universitat de València avisó a todo su estudiantado para que no asistiera a clase durante los días posteriores por previsión de fuertes lluvias, siendo esta la única directriz que miles de jóvenes recibieron. 

Algo que dista mucho de lo que el gobierno de Puig aplicó en su momento. La Conselleria de Educación el 11 de septiembre suspendió las clases en las zonas bajo la alerta roja de la AEMET y obligó a que un total de 255.000 alumnos se quedaran en su casa esos días. 

La agenda del presidente, ajena a la tragedia

En la misma línea, otro de los ejemplos que evidencian que sí se podría haber hecho mejor, como muchos de los afectados han afeado estos días a las autoridades competentes, está en la agenda del presidente. 

Como si no estuviera en las horas previas a la pero DANA del siglo, avisado entonces ya por la AEMET, los deberes profesionales de Mazón para el martes 29 de octubre no cambiaron. A las 9:30 horas, Pleno del Consell; a las 10:45 horas, entrega de premio estrategia de sostenibilidad turística por parte de AENOR; y a las 13:45 horas, reunión con los sindicatos y empresarios para abordar los presupuestos. Todo ello, sin asistir a la reunión que se llevó a cabo en la misma mañana con el 112.

Lo único que figuraba en la agenda de Puig el 11 de septiembre de 2019: “Reunión con consellers y con el 112 para analizar el dispositivo frente a la DANA” y reunión con el Centro de Coordinación Operativa Integrado (CECOPI). En el primer encuentro, estuvo acompañado también por Gabriela Bravo, la entonces consellera de Justicia, Interior y Administración Pública, quien pidió precaución a la ciudadanía ante el riesgo de lluvias intensas. 

Daños y reparación

Conocidos por todos es la tardía llegada del Ejército a los pueblos afectados, la falta de equipos de emergencias o la escasez de ayudas anunciadas, siendo estas de 6 mil euros por familia y 31 mil millones de euros solicitados al Gobierno.

Nuevamente, algo que se distancia en buena medida del paquete de medidas que anunció el gobierno valenciano socialista tras la gota fría de septiembre de 2019. Entonces, fue el Plan Vega Renhace, con 100 millones de euros, en materia de reconstrucción y 23 millones de euros en ayudas.

Con todo ello, es evidente que la Justicia deberá trabajar para corregir y sancionar lo que una mala gestión ha provocado: más de 200 víctimas mortales, una provincia entera destrozada y un país conmocionado ante la más trágica DANA del siglo.