Envalentonado por los resultados cosechados el 14-F en Cataluña, Vox ha recuperado alguna de sus banderas ideológicas para consumar el sorpasso a Partido Popular y Ciudadanos en otras regiones. La formación ultra ha trasladado a los gobiernos autonómicos en los que son llave, a saber Comunidad de Madrid y Andalucía, que deberán aceptar el denominado pin parental si quieren mantener la corpulencia parlamentaria de la que gozan.

Isabel Díaz Ayuso se encuentra en plenas negociaciones para aprobar los Presupuestos y Rocío Monasterio ya le ha trasladado que el veto parental educativo es condición sine qua non para recabar su apoyo, pese a que los de Santiago Abascal renunciaron a él durante los contactos para la investidura en 2019 dado que tanto populares como naranjas se plantaron.

Ayuso e Ignacio Aguado fueron tajantes y, durante las negociaciones para la formación de Gobierno, se negaron en redondo a imponer una iniciativa que sí fue aprobada en Murcia.

El pin parental establece la obligatoriedad de que los padres autoricen a sus hijos para cualquier visita, taller o charla. Este lunes, Vox argumentó que “PP y Ciudadanos sacaron a su gente a protestar contra el adoctrinamiento de la ley Celaá, por lo que no tendrán problema en defender la libertad de los padres”.

Pero sí que lo hay. “Creo que la prioridad de los madrileños no es el ‘pin parental”, replicó este el vicepresidente regional, portavoz gubernamental y líder de Ciudadanos en Madrid. “Espero que Vox rectifique y lo elimine de sus exigencias ante la negociación de los Presupuestos”, insistió.

La presidenta de la Comunidad de Madrid ya justificó durante un pleno que “no lo voy a permitir” ya que “no contemplamos el ‘pin parental’ porque consideramos que es una intromisión en la labor del docente”. 

Las negociaciones para aprobar los Presupuestos de la región están dilatándose en exceso por las exigencias de un bravucón Vox que ha puesto un requisito más además del pin parental: la reducción en medio punto del IRPF.

Este martes, en declaraciones a los medios de comunicación, Ayuso ha explicado que la bajada del IRPF es una de las recetas que maneja su Gobierno para la legislatura. Y con respecto al pin parental, ha señalado que “entiendo que haya familias preocupadas por un posible adoctrinamiento a sus hijos, pero esto no sucede en Madrid. Confiamos en el trabajo de los profesores”.

Un camino difícil

Vox tiene la llave de la estabilidad del Gobierno y es perfectamente consciente. Ayuso acostumbra a conchabar con la formación ultra tanto por afinidad ideológica como por necesidad, pero dados los resultados en Cataluña y las nuevas consignas que llegan desde Génova, la líder regional ha elevado el tono.

Durante una entrevista con Federico Jiménez Losantos asegura que “a mí Vox me trata muchísimo peor dándonos los peores meses que recuerdo negociando Presupuestos y casi romper a pocas horas de sacar adelante el pacto. Han promovido una comisión contra mi familia, contra mi difunto padre, cuyo nombre tengo que escuchar todos los plenos porque Vox lo quiere”.

“Les digo sois mis socios preferentes, tenemos que estar unidos y cada vez que se levantan de una reunión van presumiendo por los pasillos de lo mucho que me van a hacer sufrir”, lamentó.