El presidente de la Fundación Denaes (Defensa de la Nacion española) y exdiputado del PP, Santiago Abascal, ha declarado en una entrevista en ‘La Gaceta’ que prefiere “una España con escoltas pero unida, que libre pero rota”. Una frase que recuerda a la del ministro de Hacienda con Primo de Rivera, José Calvo Sotelo, que dijo aquello de “antes una Espana roja que una España rota”.

Abascal se vanagloriaba en la entrevista, publicada este jueves por el diario de Intereconomía, de que su hijo Jaime, que jugaba un día con su hermana en el parque cuando “una manifestación de etarras” pasaba por el lugar, no pudo contenerse y gritó ¡Viva España!. “Dos veces, y más fuerte” que los lemas que decían los manifestantes.

Grandes y pequeños antipatriotas
Narraba Abascal que cuando se enteró de lo que había hecho su hijo, le dijo que se sentía “orgulloso por defender a España”, pero que habían hecho un trato: él se ocupa de “los grandes” y su hijo “de los pequeños”. La anécdota basta para describir al presidente de Denaes.

Del PP desde los 18 años
Abascal defiende a través de su fundación la unidad de España con un discurso radical apegado al PP, partido al que está vinculado desde sus 18 años. Fue miembro del comité ejecutivo provincial de los populares en Álava y presidente de Nuevas Generaciones en el País Vasco. Posteriormente, asesor del Grupo Popular en las Juntas Generales de Álava (2003-2004) y en el Ayuntamiento de Vitoria (2005).

En 1999, con 23 años fue concejal del Partido Popular en el ayuntamiento de Llodio (Álava), cargo en el que fue renovado en varias ocasiones. En 2004 ocupó un escaño en el Parlamento Vasco hasta 2009. Fue el número siete por Álava en las candidaturas de su partido en las Elecciones autonómicas vascas de 2009, sin embargo, no revalidó su acta de diputado en 2009, cuando el PP sólo consiguió seis escaños por dicha circunscripción.

Contra las lenguas cooficiales
Uno de los objetivos declarados de su fundación es combatir las lenguas propias de algunas regiones de España e imponer los símbolos nacionales en todos los lugares del Estado. En 2009, tras el partido de final de la Copa del Rey, entre el FC Barcelona y el Athletic Club de Bilbao, presentó una querella contra ESAIT y Catalunya Acció por la pitada durante el himno de España, y la pancarta Goodbye Spain. Su demanda no fue admitida.