La vergüenza es algo que pasa de largo cuando se habla del líder del PP de la Comunidad Valenciana, Carlos Mazón, y de su inseparable mano derecha, María José Catalá. Mazón ha subido un vídeo de Tik Tok en el que se le ve bailando vestido con un pijama de Mickey Mouse.

Este ‘bailecito’ no pasaría de la mera anécdota si no fuera porque esa misma semana el líder valenciano, aupado a la dirección del partido por Pablo Casado y Teodoro García Egea, no ha dudado en hacerse una foto en unos premios periodísticos del periódico Las Provincias, sonrisa profident incluida, con el expresidente de la Generalitat Valenciana, Eduardo Zaplana, quien se encuentra inmerso en uno de los mayores casos de corrupción que ha vivido la capital del Turia.

Carlos Mazón posa con Eduardo Zaplana

Ni más ni menos que se acusa a Zaplana de haber amañado presuntamente dos mega contratos, las ITV y el Plan eólico. Unos amaños que le habría reportado más de diez millones de euros en mordidas. Dinero que, gracias a Fernando Belhot, su ingeniero financiero, la Unidad Central Operativa de la Guardia Civil ha podido recuperar para el erario.

Junto a Mazón, como siempre, también aparece en la instantánea María José Catalá, quien vive su día a día rodeada de imputados y procesados, tiene cuatro como asesores, sin siquiera sonrojarse. Es más, ambos han apostado por defender el legado de la desaparecida Rita Barberá pese a que hay un auto de procesamiento y una petición fiscal de cárcel para todo el grupo municipal del PP que lideraba la baronesa. Eso, por no hablar del caso Azud, donde la familia de la alcaldesa, desde su hermana al cuñado, fueron detenidos y están investigados por formar parte de una presunta trama urbanística de comisiones.

La avestruz

Catalá y Mazón hacen ‘la avestruz’ ante los temas de corrupción que afectan a su partido. Eso no va con ellos, aunque el dedo de la Justicia acuse a sus más estrechos colaboradores. De momento ya han pasado del Caso Taula como si no fuera con ellos, pero el caso Erial, el de Zaplana, planea sobre sus cabezas, pues la instrucción de la causa ya está muy avanzada y más tarde que pronto se van a encontrar con otro auto de procesamiento del que, con las últimas fotografías, no podrán escapar pese a sus silencios e incluso acercamientos a los presuntos corruptos.

Muy llamativo es ver a Mazón decir que la vicepresidenta Mónica Oltra no ha pedido disculpas por el caso de abusos, cometidos bajo el Gobierno del PP, por el que su exmarido fue condenado (no hay sentencia firme), pero al mismo tiempo sale en defensa de los suyos aunque para los jueces, la Fiscalía Anticorrupción y la Unidad Central Operativa de la Guardia Civil sean unos corruptos que amañaron contratos, cobraron mordidas y financiaron en B al partido. Y mientras todo esto sucede, Génova calla.