La proposición de Ramón Tamames como candidato a la moción de censura contra Pedro Sánchez ha acaparado las miradas mediáticas y ha hecho aflorar las suspicacias desde el primer momento. Un exdirigente de Izquierda Unida y del PCE, que confiesa tenerle “cierta estima” al presidente del Gobierno y que rebasa la barrera de los noventa años no parecía ser el candidato más idóneo para una extrema derecha que ahora parece estar acusando su propia decisión. Ante esto, aflora una pregunta principal: ¿Qué le prometió la formación de Abascal a Tamames para que se presentara a la moción de censura?

Fuentes cercanas al partido ultraderechista aseguran que la respuesta a esta cuestión pasa por un agente clave: la Fundación Disenso. Esta sociedad privada, autodenominada “laboratorio de ideas”, hace las veces de think tank de Vox y celebra reuniones, conferencias y actos de diferentes naturalezas con personalidades cercanas al partido de extrema derecha. El propio Tamames ya participó en 2021, en un acto de esta fundación presidido por Fernando Sánchez Dragó (quien fue, precisamente, la persona que sugirió a Abascal la candidatura de Tamames), bajo el título 'La primera cena de la batalla de las ideas'.

De la Fundación Disenso hay que destacar dos rasgos. Por un lado, la ya mencionada familiaridad de Tamames con la misma y, por otro, su millonario caudal económico. En el último ejercicio fiscal disponible, el de 2021, la fundación generó 2.590.169€ en beneficios, y de su plan de actuación de 2023, al que ha podido acceder este medio, se desprende que destinarán 3.196.429€ a gastos de personal.

De este montante económico Tamames, en la recta final de su vida, tendría oportunidad de disfrutar, de igual forma que del protagonismo y la exposición mediática que aporta ser candidato a una moción de censura. La promesa de Vox habría sido esa: darle la oportunidad de tener un espacio donde lucirse, nada menos que en el Congreso de los Diputados, y recibir una generosa suma económica que le permita vivir sus últimos años con holgura. Este medio se ha puesto en contacto con el propio Tamames para preguntarle por estas filtraciones, pero en el momento en el que se ha publicado este artículo, no ha obtenido respuesta. 

Crónica de una muerte anunciada

Que un exmilitante del PCE y de Izquierda Unida como lo es Ramón Tamames se preste a ser la punta de lanza de la extrema derecha contra Pedro Sánchez ya es un hecho lo suficientemente sorprendente de por sí. Pero que, además, se filtre su discurso y, por su contenido y forma, éste evidencie que Vox podría quedar en evidencia, pone en jaque a la formación de Abascal.

Por ello, fuentes cercanas al partido han expresado su “preocupación ante dos rasgos que parecen caracterizar a Tamames: sus inesperados giros de guion y sus ataques de ira”, de los cuales han recordado dos a este medio.

Para encontrar el primero de ellos hay que remontarse a julio del año 1994. En una cena-debate sobre el estado de los medios de comunicación, en la que se encontraban personalidades como Alberto Ruiz-GallardónJosep Borrell (por aquel entonces senador y ministro respectivamente) y Tatsuo Yamaguchi, embajador japonés en España, Tamames mantuvo un comportamiento deleznable.

El coloquio parecía discurrir con normalidad, hasta el momento en el que el periodista Francisco Eguiagaray, también presente, comenzó a interrumpir y a dirigirse de fea manera a los ponentes, una actitud que fue secundada y reproducida por Tamames, que trató “como un toro” a Yamaguchi, poniendo empeño en que terminase lo antes posible su intervención, haciéndole onomatopeyas e interrumpiéndole. El japonés mantuvo la calma de manera estoica.

Eguiagaray continuó con su circo, hablando de Chernobyl, del Imperio Austrohúngaro y de otros temas que poco o nada tenían que ver con la ponencia. “Las caras de Borrell y de Gallardón eran un poema. Tamames llegó a golpearle en la cabeza para que se callase”, firmaba Natividad Pulido, autora de la noticia publicada en su día en el ABC. Las críticas al ministro no cesaron, y mientras Gallardón se levantó de la mesa, preso de la indignación, Tamames aseguró que eran “incapaces de aceptar las críticas”.

En segundo lugar, menos de un año después de estos sucesos, Ramón Tamames sembró el caos en el aeropuerto gaditano de Jerez de la Frontera. El economista llamó a la terminal para solicitar que retrasaran unos minutos la salida de un avión para que le diera tiempo a llegar y no quedarse en tierra, ya que se había despistado y no iba a llegar a tiempo.

Su petición no fue satisfecha lo que, según fuentes del Departamento de Aviaco, provocó la histeria del hoy candidato a la moción de censura, que "arremetió contra una mesa, golpeó un mostrador y arrojó varios objetos al suelo". Tamames, visiblemente alterado, no atendió a las normas de la compañía, que exigen que todos los pasajeros estén presentes como mínimo 20 minutos antes de la partida del vuelo.