Es tradición que el PP de Málaga abra el curso político con un habitual encuentro gastronómico en una venta en la que congrega a centenares de militantes de la provincia con la asistencia de los líderes regionales y nacionales del partido. Así ha sido desde 2015 ubicándolo cada año en distintas localidades donde reunir a todos los cuadros políticos y a los afiliados para que después de las soflamas políticas, degustar un almuerzo entre compañeros de filas con el ánimo ya subido. Este encuentro siempre ha tenido un elemento gráfico peculiar como era la degustación de unos huevos fritos cocinados por los propios líderes del PP pertrechados de delantal, paletas y demás utensilios necesarios para una colectiva fritura ovoide. Una foto simpática que se convirtió en habitual.

Representantes del PP friendo huevos

 

Apertura de curso político y de precampaña


Este año se ha celebrado en el municipio de Alhaurín el Grande con la presencia como en pasado año del líder máximo, Pablo Casado y la notoria particularidad de que además de aperturar el curso político del PP malagueño servía para abrir la precampaña de las más que seguras elecciones del 10 de noviembre.

Pero este encuentro que cuenta con una amplia tradición en el PP de Málaga celebrado ayer en un restaurante alhaurino ha tenido varios elementos diferenciadores. Por un lado es la primera vez que acude un presidente de la Junta del Partido Popular. Juan Manuel Moreno Bonilla asistió el pasado año como líder regional de un partido en apuros y ahora ha acudido reforzado por su

Por otro lado se ha visto la imagen de un Pablo Casado con barba y con un discurso menos agresivo que el del pasado año y que era el tono duro, radical y agrio que los asesores le marcaban.


Sin la fotografía tradicional de la fritura de huevos

Y por último ha llamado la atención que este año no se haya podido inmortalizar la tradicional instantánea de los líderes nacionales, regionales y provinciales, paleta en mano y ataviados para la circunstancia, friendo huevos. Y es que los asesores de Pablo Casado han desaconsejado esa fotografía. Aunque sin la importancia de la foto de Colón o la de dirigentes nacionales firmando pactos, con Vox, esa imagen con mandil, paleta y una inmensa sartén plagadas de huevos, parece que a los asesores de imagen y de campaña no les gustaba esa instantánea y directamente se ha suprimido esa acción de cocina para pasar directamente de la salutación y el mitin a mesa puesta en el salón del restaurante.

Pablo Casado con Moreno Bonilla mostrando los huevos fritos


Campaña con menos testosterona y más simbología inclusiva


No se sabe si en próximas ediciones del almuerzo colectivo, y ya alejados de campañas electorales y comicios, los huevos fritos y su elaboración volverán al capítulo de imágenes del PP malagueño. De momento han sido suprimidos. Se ve que los asesores planean una campaña más moderada, con menos testosterona y más simbología inclusiva. Este año, al menos este año, no ha habido huevos fritos.