Costó hacerle hablar ante el juez, pero el pasado 25 de septiembre, Salvador Victoria, exconsejero de Presidencia y Justicia, tuvo que rendir cuentas ante la justicia. Hasta en dos ocasiones se negó a declarar, pero a la tercera fue la vencida. El que fuera uno de los hombres más fuertes del Gobierno de la Comunidad de Madrid, y quizá de los más altaneros, ofreció una imagen muy alejada del poder que transmitía en sus ruedas de prensa en la Puerta del Sol.

Dubitativo, lavándose las manos, echando balones fuera y culpas a terceros... así resolvió Victoria su comparecencia por la trama Púnica ante el juez Velasco. Un interrogatorio de casi tres horas realizado en una sala minúscula y oscura donde los abogados se apretujaban entre el poco espacio que quedaba entre el escritorio del magistrado y las cajas apiladas que llenaban el fondo de la sala. Un escenario muy alejado de los que solía frecuentar Victoria.



El imputado, llamado a juicio el 20 de julio, tras negarse a hacerlo el 25 de junio en el juzgado pertinente por nulidad procesal, debido a su condición de aforado, declaró ante Velasco en la Audiencia Nacional, una vez levantado el secreto de sumario de esta pieza del caso, con documentos, informes y grabaciones presentadas por testigos e imputados.

El ex consejero de Presidencia y Justicia, hombre fuerte del anterior gobierno autonómico, explicó que las empresas de De Pedro (Eico y Madiba) lo que hicieron, en base a un contrato público, fue un seguimiento de las informaciones publicadas en las redes sociales y en internet sobre la Comunidad de Madrid. Además de posicionar en internet y editar una revista digital, en ningún caso, admite que se desarrollará para mejorar la reputación online de miembros del Gobierno madrileño.



No obstante, Velasco sospecha al menos de tres pagos por un total de 120.000 euros, que Victoria define como "tensiones de tesorería", al dejarse de abonar los servicios prestados desde el mes de mayo de 2014.

Durante las más de dos horas de interrogatorio, señaló hasta la saciedad que sólo actuó a petición de la entonces directora de comunicación de la Comunidad de Madrid Isabel Gallego, a la que apuntó hasta la saciedad. Fue ella, según Victoria, quien le pidió que "mandara un mensaje de tranquilidad" a De Pedro por el cobro de facturas pendientes por esos trabajos.



Uno de los momentos más esperpénticos del interrogatorio llegó cuando el magistrado recurrió a la declaración del hermano de De Pedro, quien aseguraba que se les iba a pagar los trabajos electorales a través del Canal de Isabel II. Una idea que Victoria reconoce que el empresario tenía "la idea un poco de que esa posible idea podía resarcirse a través del canal". Ante lo que el magistrado explota: "¿Pero de quién surge esa idea, de Alejandro de Pedro o de usted que es el presidente del Canal?". Ante lo que Victoria solo dice que preguntó "si correspondía a algún contrato o alguna factura", y cuándo le dijo que no "pues yo corté la conversación".