El secretario de Organización del PSOE, José Luis Ábalos, ha puesto los puntos sobre las íes a 24 horas de que Pedro Sánchez, presidente del Gobierno en funciones y encargado por el Rey para renovar mandato, inicie su ronda de contactos en el Congreso de los Diputados. En Ferraz saben que se encuentran en una situación de poder al ganar las elecciones generales, municipales, autonómicas y europeas. Después de la resaca electoral, los socialistas tratarán de controlar las peticiones particulares de cada uno de los grupos, controlar los tiempos y potenciar un Ejecutivo en solitario que no provoque una repetición de elecciones. Este martes arrancarán las conversaciones con los principales partidos políticos: Pablo Iglesias será el primero entablar conversaciones a las 10 de la mañana, a las 16.30 será el turno de Rivera y la jornada finalizará con Casado a las 17.45 horas. 

En Podemos observan con recelo la estrategia adoptada por sus socios. Los resultados no han acompañado, la debacle electoral pesa demasiado y agarrarse con fuerza a la opción de controlar la legislatura desde dentro es la última bala que les queda. Pero su condición de partido dañado por los comicios, las crisis internas y las voces discordantes desde muchas de sus delegaciones provocan que los morados no estén obteniendo el operativismo en las negociaciones que esperaban.

Y desde el núcleo fuerte de Pedro Sánchez saben que tienen la situación controlada. Podemos es necesario, siempre que Ciudadanos y el Partido Popular no cedan en sus pretensiones y faciliten la suma con una abstención, tal y como hicieron los socialistas hace cuatro años con Mariano Rajoy. Esta es la senda que se quiere explorar: naranjas y populares apoyando indirectamente a Sánchez para que las ínfulas particulares de independentistas, regionalistas y Podemos queden en papel mojado.

Para ello, Ábalos insiste en que la petición expresa de carteras ministeriales de Pablo Iglesias no entra dentro de la hoja de ruta. Indica que un gobierno de esa naturaleza, "no añade, sino que incluso puede restar" porque "concita más aceptación un gobierno en solitario del PSOE" que otro "vigilado" o "condicionado" por Podemos, con los que los socialistas no alcanzan la mayoría absoluta.

"Las diferencias políticas no sólo son legítimas, sino sanas y dan sentido a la democracia, pero no justifican una actitud de obstruccionismo", ha considerado Ábalos, para quien constituye "un error sentarse a la mesa" de diálogo "con exigencias que invaliden el propósito de las negociaciones".

Así las cosas, el juego de poder se reparte a izquierda y derecha. Mano firme con Iglesias para reducir sus exigencias y convencerle de que apoye un Ejecutivo socialista o con “independientes de prestigio”; petición de altura de Estado a PP y Ciudadanos en pro de que la legislatura eche a andar y se puedan negociar grandes acuerdos que necesitará el país.