Las conversaciones telefónicas incluidas en el sumario de este caso, al que ha tenido acceso El País, desvelan que uno de los presuntos implicados, el empresario Sergi Alsina, mantenía una estrecha relación con Oriol Pujol y su esposa, Ana Vidal Maragall, de quien fue socia en la firma Alta Partners. Vidal habría elaborado para Alsina facturas falsas. La esposa de Pujol trabaja con Alsina desde 1999, primero como asalariada y luego como profesional independiente en su calidad de economista y abogada.

Indicios racionales
La titular del juzgado de instrucción número 9 de Barcelona, Silvia López Mejía en un auto de septiembre de 2011 indicó que existen “indicios racionales” de que Pujol forma parte de la estructura de esta red corrupta.

Un hombre de Pujol en la Generalitat, a sueldo de Alsina
Según la investigación, el empresario Sergi Alsina tiene “a sueldo” al político convergente Josep Tous, considerado “la mano ejecutora de Oriol Pujol”. Tous, compañero de estudios de Pujol en la escuela de negocios IESE, fue contratado a dedo por la Generalitat supuestamente para “poner orden” en el sector de la inspección técnica de vehículos, inmerso en disputas judiciales.

El negocio de las certificaciones energéticas
Además de las adjudicaciones de ITV, la trama pretendía “realizar certificaciones energéticas, primero en edificios industriales y públicos, y luego en residenciales”. Un negocio en el que también participaba Oriol Pujol, identificado por la trama como Zumosol, según los investigadores. En una de las llamadas, uno de los empresarios señala que “un abogado de confianza de Zumosol, que lo elija él”,  es el que debe encargarse de la creación de una empresa para este fin. Los seguimientos de la Policía reflejaron que el político convergente mantuvo “reuniones de negocio” con los empresarios en un céntrico restaurante de Barcelona.