La visita del comisario de Justicia de la Unión Europea, Didier Reynders, con el consecuente tirón de orejas al Partido Popular, ha reactivado las confabulaciones sobre la renovación del Consejo General del Poder Judicial. Todos los focos están puestos sobre el aún presidente del CGPJ y del Tribunal Supremo, Carlos Lesmes, quien hace ya casi un mes amagó con dimitir y provocar un caos judicial aún mayor si PSOE y Génova no pactan los nuevos vocales a la mayor celeridad posible. Según ha publicado El Confidencial, Lesmes habría deslizado a algunos vocales en la reunión de este jueves que podría haber en los próximos días “contactos” entre socialistas y populares, si es que no se han producido ya. Ni Moncloa ni Génova aclaran este extremo, pero en declaraciones a ElPlural.com, esgrimen discreción.

Fuente del Ejecutivo consultadas por este periódico insisten en que las posiciones siguen encalladas: “Las cosas están como están. El PP tiene que cumplir con la Constitución”. Por su parte, los de Alberto Núñez Feijóo alegan que “somos discretos en nuestras conversaciones”. En este sentido, cabe recordar que la visita de Reynders dibujó un nuevo escenario. Su tirón de orejas al PP debilitó su posición y éstos activaron la maquinaria para salvar a Feijóo del bloqueo y responsabilizar al PSOE. El vicesecretario de Institucional del PP, Esteban González Pons, argumentó a principios de esta semana que es Moncloa quien tiene que llamarles.

El toque de atención europeo

Hace dos semanas, a finales de septiembre, Reynders visitó España para interesarse por la situación de la Justicia, marcada por un CGPJ caducado desde hace casi cuatro años. Urgió a Génova a dar prioridad a la renovación del órgano de gobierno de los jueces y no supeditarla a una posterior reforma del sistema de elección de vocales. Un toque de atención que los populares no se esperaban y que ha debilitado su posición. El belga se reunió con ambas partes. La ministra de Justicia, Pilar Llop, le trasladó la voluntad inequívoca del Ejecutivo de renovar cuanto antes el CGPJ explicándole que Feijóo únicamente tendría que darles los nombres de sus elegidos. Por su parte, González Pons reiteró que no se trataba de elegir personas y condicionó el acuerdo a un compromiso por escrito para acometer una reforma del sistema de elección.

Europa espera que la renovación llegue antes de que arranque la Presidencia española de la UE, prevista para el segundo semestre de 2023

Lesmes esperaba que las citas con Reynders y su comparecencia en sede parlamentaria supusieran un punto de inflexión. “Si en los próximos días hay un acercamiento, yo estaré a la expectativa de que fructifique ese acercamiento”, dijo tras su reunión con el comisario de Justicia europeo, precisando que intentó que hubiera “avances” antes de su llegada, pero “se me dijo que era necesario esperar a esa visita”. “Bueno, pues esa visita ya se ha producido, así que yo, espero que los haya en los próximos días”, remachó. Sus anhelos no se han materializado y, ahora, trata de cerrar la renovación del Tribunal Constitucional antes de su salida, convocando un pleno extraordinario el 13 de octubre.

Un culpable claro

El comisario de Justicia se reunió con ambos partidos, PSOE y PP, por separado para conocer la situación. No es su cometido arbitrar la renovación del CGPJ, ni fiscalizar la reforma del sistema de elección; únicamente les tomó el pulso. Quería aproximarse al asunto después de recibir una carta de Génova con sus condiciones para pactar la renovación de los vocales. Y la conclusión que se ha llevado es clara: Feijóo debe dejar de bloquear.

El propio Reynders incidió en que la “prioridad” es la renovación del CGPJ e, “inmediatamente” después, habrá de iniciarse el proceso de reforma del modelo; dejando claro que el PP tiene que dejar de supeditar el acuerdo con el PSOE a condiciones posteriores. Un notable toque de atención que, sin embargo, no ha modificado el parecer de los de Feijóo, empeñados en bloquear. Fuentes del entorno del líder popular admiten, incluso, que será el será el próximo Gobierno el que desenrede el nudo.

Querida Europa...

Tiempo ha que el bloqueo del PP solo se explica por su deseo de mantener la mayoría de jueces conservadores en el CGPJ. El debate quedó suspendido en el limbo, como el elefante de la sala al que evitan mirar. Pero llegó el amago de dimisión del presidente del CGPJ y del Tribunal Supremo, Carlos Lesmes. En su discurso de apertura del año judicial, ante la atenta mirada del rey Felipe VI, abroncó a Feijóo por no priorizar la renovación del CGPJ y pidió al PSOE que se abriera a que los jueces designen a la mayoría de vocales. Llop no tardó en reaccionar y propuso al PP renovar en 24 horas el órgano de los jueces. Únicamente tendrían que comunicarle sus candidatos. Los populares, no recogieron el guante y se escudaron en que no era una cuestión de nombres, sino de currículum. Fue entonces, tras ver debilitada su postura, cuando enviaron una carta a Bruselas en busca de un apoyo que nunca obtuvieron. En concreto, la misiva la recibieron Reynders y la vicepresidenta de la Comisión Europea, Věra Jourová.

En la ella, Génova reiteró que no renunciarán a “promover una reforma legislativa” para “que los jueces elijan a los jueces”; imponiendo, así, una serie de requisitos al PSOE. El primero de ellos es que las negociaciones se lleven a cabo en las Cortes Generales. En esas conversaciones, no se podrán proponer jueces que no cuenten con el respaldo de sus compañeros para ser candidatos. Una vez elegidos, serán ellos mismos los que escogerán quienes decidan a su presidente, sin mandatos u órdenes externas. También serán los propios magistrados los que hagan lo propio con el Tribunal Constitucional.

“Simultáneamente al proceso de renovación del CGPJ, se presentará una proposición de ley, de forma conjunta, por cuantos grupos parlamentarios apoyen este espíritu de despolitización de la Justicia española”, recoge la misiva. Traducido al sincerolés, el PP insiste en condicionar la renovación a la modificación del sistema de elección, haciendo caso omiso al reclamo de presidente del Consejo General del Poder Judicial y del Tribunal Supremo.

Europa no arbitrará, ni fiscalizará, ni tutelará la reforma del sistema de elección de jueces para el CGPJ

La carta de Pons recogía varios de los preceptos que debería incluir, a su criterio, la proposición de ley. En primer lugar, exigen que se devuelvan las competencias al CGPJ para que pueda seguir tomando decisiones aún estando en funciones. Piden regular las “puertas giratorias”, impidiendo que los magistrados elegidos para cargos políticos pudieran reingresar al servicio activo hasta pasados dos años. No podrán ser nombrados vocales del CGPJ aquellos vinculados con la política en los últimos cinco años inmediatamente anteriores, los altos cargos deberán ser nombrados por mayoría de tres quintos y los candidatos a Tribunal Supremo habrán de acreditar 25 años de servicio en activo en la carrera judicial.

Además, se pedía una profunda reforma de la Fiscalía General del Estado y un informe elaborado por el nuevo CGPJ en un plazo de seis meses a contar desde su toma de posesión con propuestas para reformar el sistema de elección de los vocales, de manera que los propios jueces participen de la designación.

¿La respuesta de Bruselas? La dio Reynders este jueves: que prioricen la renovación del CGPJ y, después, será una mayoría cualificada del Congreso la que deba acometer las modificaciones pertinentes al sistema de elección de vocales. Europa no arbitrará, ni fiscalizará, ni tutelará la reforma. Lo que sí esperan, y así lo ha manifestado el comisario de Justicia europeo, es que todo esté solucionado para cuando arranque la Presidencia española de la UE, prevista para el segundo semestre de 2023.